Grupo de Lectura 1: Fecha: 13 de marzo de 2021. Lugar: Sala de Juntas del Ateneo Mercantil. Nº de asistentes: 8. Editorial: Lumen Grafica. Pág: 152 páginas.

Autor: Elizabeth von Arnim. Escritora australiana, muy admirada por sus novelas, siendo Un abril encantado su obra más conocida, siendo llevada al cine en 1993 por el director Mike Newell. Criada en Inglaterra, la autora contrajo matrimonio con el barón von Armin y pasó a residir en las tierras de su familia en Alemania. Su matrimonio fue desgraciado y von Armin se volcó en la literatura como refugio de su vida cotidiana. Su primera novela, una obra satírica, Elizabeth y su jardín, logró veinte reimpresiones en 1898. Von Armin publicó más de veinte novelas y, tras quedar viuda y casarse de nuevo sin demasiada fortuna, se trasladó a Estados Unidos donde llegó a ser amante del escritor H.G. Wells.

Sinopsis: Al poco tiempo de publicarse, en 1898, esta breve novela se convirtió en un gran éxito de ventas, hasta el punto de que su autora, que en realidad se llamaba Mary Annette Beauchamp, firmó toda su producción posterior con el nombre de Elizabeth von Arnim.

Ambientada en un jardín de la región alemana de Pomerania, la novela es el relato en primera persona de una joven mujer que ve en las plantas y en los árboles una imagen de feliz rebeldía en contra de las reglas sociales de su tiempo. Casada con un noble prusiano, a quien vamos a conocer como "el hombre airado", Elizabeth sabe que, puertas adentro, la esperan un sinfín de criados a los que hay que orientar, unas comidas interminables con huéspedes aburridos, unos muebles austeros que comen luz y crían polvo.

Fuera, en cambio, está su jardín, están los libros que ella ama leer sentada en la hierba y están sus tres hijas pequeñas, que comparten con ella este paraíso terrenal. Este espacio consagrado a la naturaleza se convierte así en un lugar de libertad y reflexión, un territorio donde el placer anda del brazo de la vida, y donde el talento de Von Arnim se expresa con sus mejores armas.

Comentarios: La opinión mayoritaria de los asistentes fue la de que el libro no les gustó, si bien hubo algunos cuantos a los que sí les gustó, e incluso entre los primeros se resaltó que diversos aspectos de la novela les había gustado. Se destacó por bastantes asistentes que el libro, que es fácil de leer por estar bien escrito y que se situaba en 1898, no había logrado resistir el paso del tiempo y ha quedado bastante anticuado. Se dijo que el libro, que era elegante y delicado, también era tedioso y aburrido, monótono, plano, con poco lirismo. Parece escrito más para mujeres de la época que para hombres. La mayor parte subrayó que el libro refleja bien la situación de la mujer de la época, la crueldad social que había entonces para con ella al comparar a la mujer con los niños y los idiotas, lejos de la mayor humanidad que hay ahora sobre este tema. En todo caso, la novela se anticipa a su época sobre cuál es el papel de la mujer en la sociedad.

También se dijo por la mayor parte que la novela es una historia sobre la soledad buscada o asumida por la protagonista, probablemente por tener poca empatía con su entorno y encontrarse más a gusto estando sola. Se enfatizó su egoísmo al centrar su vida casi exclusivamente en su jardín, mostrándose prepotente y con desprecio hacia todos los que la rodean, incluído su esposo (el hombre airado) o sus hijas, y también las personas que la visitaban, algunas durante unas cuantas semanas o meses, e incluso con maltrato para con el jardinero, tratando a todos ellos con ironía y desprecio. Esto llevó a muchos a decir que se trata de una mujer frígida, sin sentimientos positivos, que se despreocupa de todo aquello que no tenga que ver con su jardín. Se destacó que había una pobre descripción de los personajes en contraste con la buena descripción de la naturaleza a través de su querido jardín.

Por otro lado, algunos de los asistentes resaltaron que la novela les ha transmitido tranquilidad y sosiego, porque trata el jardín como expresión de lo que para ella es la felicidad, y sabido es que la felicidad es un sentimiento difícil de describir y no tiene historia. El jardín representa el espacio de libertad de la protagonista, que gobierna sin condicionamientos externos, y ella decide qué es lo que planta, qué pone y qué quita, como si fuese su propio laboratorio o espacio que sólo ella domina sin intromisiones de los demás, reivindicando así un lugar propio en el mundo con su propia sensibilidad. En este sentido recuerda la habitación propia a que se refería Virginia Woolf en un libro que guarda algunas similitudes con el presente.