El martes, 29 de octubre, ha tenido lugar la XXVII edición de "Poetas en el Ateneo", que tuvo como protagonista al poeta alicantino Joaquín Juan Penalva, doctor en Filología Española por la Universidad de Alicante, máster en Edición por la Universidad de Salamanca y máster en Crítica Cinematográfica por Aula Crítica.

En esta ocasión, el Director y fundador de “Poetas en el Ateneo”, Vicente Barberá Albalat, cedió la palabra a la también poeta Elena Torres, con el fin de que trazara una semblanza del poeta invitado. Elena ha publicado catorce poemarios y ha sido galardonada con una docena de premios, entre ellos el XXIX Premio Ciudad de Valencia, Vicente Gaos, siendo la primera mujer que lo consiguió en treinta ediciones. Actualmente, es vicepresidenta de CLAVE, de Concilyarte y forma parte de la junta directiva de la Plataforma de mujeres escritoras del Arco Mediterráneo.

De la trayectoria poética y profesional de Joaquín Juan, Elena destacó lo siguiente: Profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Autor, junto a Luis Bagué, del libro de poemas cinéfilos Babilonia, mon amour (accésit del V Premio Dionisia García/Universidad de Murcia, 2005) y la plaquette Día del espectador (2009). Autor asimismo de otros cinco poemarios, La tristeza de los sabios (accésit del Premio de Poesía 2006 para Jóvenes Creadores de la Academia Castellano-Leonesa, 2007), hiberna, hibernorum (2013), Anfitriones de una derrota infinita (Huerga & Fierro, 2015, Premio de la Crítica Literaria Valenciana), Cronología de Tarkovski (Huerga & Fierro, 2018) y Todas las batallas perdidas (Huerga & Fierro, 2019). Y codirector de la revista de poesía Ex Libris y colaborador en el suplemento Arte y Letras del diario Información y en la revista de cine online El espectador imaginario.

Tras las presentaciones, Vicente Barberá Albalat sometió al poeta a sus preguntas y le hizo recordar momentos entrañables de su vida a través de un recorrido fotográfico con sus hijos, su esposa, con sus amigos Óscar Navarro y Luis Bagué, la entrega del premio de la Crítica Literaria Valenciana y con otros poetas de otras latitudes, cubanos y del mundo árabe… Para proseguir este conocimiento del poeta en su vertiente más personal con una serie de preguntas:

–        ¿47 años?, ¡quién los pillara! Entonces, eres un poeta casado, con hijos… ¿Eres feliz? –inquiere Barberá.

–        Feliz soy en estos momentos por estar aquí, en el Ateneo con tantos amigos y amigas. En general, en la vida hay momentos en los que se está feliz y otros en los que no se está tanto.

–        ¿A qué se debe tanto interés por el cine y cómo te las arreglas para describir poemas sobre las películas? ¿Cuál es tu actriz favorita y en qué película?

–        El cine siempre me ha interesado y ello ha tenido cierto reflejo en mi poesía. En cuanto a actrices, sin dudarlo, Claudia Cardinale, en Hasta aquí llegó su hora.

–        Escribes en el díptico que la poesía puede serlo todo o nada: ¿a la vez, primero una cosa y después otra o depende de cuándo?

–        Tengo la sospecha de que la poesía puede serlo todo o no ser nada. No hay punto intermedio. En cualquier caso, para mí la poesía siempre ha sido una forma de resistencia frente al mundo, frente a la realidad, frente a todo.

–        ¿Cuál ha sido el poemario que te ha producido mayor satisfacción y por qué?

–         El poemario favorito es Cronología de Tarkovski. Aunque tengo depositadas mis esperanzas en Babilonia, mon amour.

–        Supongo que habrás tenido alguna decepción amorosa en tu vida. ¿Podrías decirnos cuál ha sido la mayor?

–        ¡Ufffff, soy un desastre para los amores! Mi mujer, Margarita, fue la que me “recogió”. Las mujeres nunca me hacían caso.

–        ¿Tu más destacada locura?

–        No recuerdo una locura determinada. Para mi familia, fue estudiar Filología.

–        En el panorama de la poesía actual se observa un movimiento muy interesante de jóvenes que no se sabe si escriben poesía, pero que están de moda y venden más que algunos autores consagrados. ¿Qué opinas de todo ello?

–        Yo los respeto. Personalmente, no me gustan; pero algunos de ellos darán el salto a la poesía.

–        Y, por último, un comentario, en lugar de una pregunta: Buscando en Internet, he encontrado verdaderas joyas. Por ejemplo, el artículo publicado con el título de TRES VARIACIONES SOBRE EL TEMA DE LA CASA: LEOPOLDO PANERO, LUIS ROSALES Y DULCE MARÍA LOYNAZ. Te felicito.

–        Pues, muchísimas gracias por ese comentario

Y no hay encuentro poético sin lectura de poemas: Luis Miguel Sanmartín, recitó "Noche de verano"; Pedro J. Moreno: “The door in the floor"; Amparo Pérez: "… Vita brevis"; Félix Molina, "Un día llamado Ángel" y Virgilio Fuero, "Como los gatos". El propio poeta puso punto final a esta lectura, leyendo algunos de sus poemas.

Y, como siempre, el acto finalizó con las preguntas de los asistentes al acto y con la lectura del poema que figuraba en el díptico, “Victorias pequeñas”, a cargo de Juan Luis Bedins, que se encontraba entre el público. En definitiva, como todas las ediciones anteriores de “Poetas en el Ateneo”, una tarde interesante con una de las voces más atractivas de la poesía alicantina.

Texto: Pascual Casañ | Fotografía: José Luis Vila

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