La XXII edición de “Poetas en el Ateneo” estuvo dedicada al poeta Fernando Delgado que, en esta ocasión, contó con las palabras de bienvenida de Vicente Bosch, con las de su amigo y también poeta, Ricardo Bellveser, y con la dirección de Vicente Barberá.

Barberá inició su presentación haciendo un breve recorrido por la larga trayectoria literaria de Delgado: en 1967, a los veinte años, publicó su primer libro de poesía, Urgente Palabra, por el que recibió el premio Julio Tovar. En 1968, obtuvo el premio Ciudad de La Laguna. En 1969 le fue otorgado el Antonio de Viana a su obra Misero Templo. Pero su poesía se contiene fundamentalmente en otros cinco libros: Proceso de adivinaciones (Hiperión 1981), Autobiografía del hijo (Pre-Textos 1995), Presencias de ceniza (Identidad 2001), El pájaro escondido en un museo (Pre-Textos 2010) y Donde estuve (Vandalia, 2014). En 2017, editado por la Fundación José Manuel Lara, apareció Mirador de Velintonia, un libro de recuerdos en torno a la figura de Vicente Aleixandre.

Pero Fernando Delgado es también un destacado novelista: en 1974, se publicó su primera novela, Tachero, que obtuvo el Premio Benito Pérez Armas; en 1995, recibió el premio Planeta por La mirada del otro, llevada al cine por Vicente Aranda, a la que siguieron ocho novelas más hasta la fecha.

Tras definirlo como una persona muy cordial, transgresora, tímida y, sobre todo, generosa y extremadamente amable, le llegó el turno al recorrido por la vida del poeta a través de la proyección de algunas de sus fotografías correspondientes a su actividad política y literaria. Fotos con Pedro Cerolo, Felipe González, el Rey emérito Juan Carlos, Francisco Brines, José Hierro, Carlos Bousoño,  Ángel González, Luis Antonio de Villena… que el poeta fue comentando con su característica amenidad.

Después, Barberá inició la serie de preguntas para acercar, si cabe más, el poeta al numeroso público asistente:

- ¿Te has sentido niño alguna vez?

- Nunca, siempre me he sentido una persona madura. Tuve una infancia rodeado de mujeres, mi madre y mis tías; ellas dirigieron mi infancia hacia la madurez.

- ¿Has practicado algún deporte?

- No, el deporte no iba conmigo, aunque he sido un buen gestor del mismo, porque, eso sí, he organizado muchos eventos futbolísticos.

- ¿Por qué escribes poesía?

- Por atrevimiento, por osadía.

- ¿Qué es para ti la poesía?

- ¿A mí me lo preguntas? Creo que es la palabra secreta o el sentimiento que busca la palabra más que para explicarse para sentirse.¿Qué poetas te interesan actualmente?

- Hay muchos y muy buenos, pero a Juan de la Cruz lo leo cada día y cada vez lo encuentro más moderno. Lástima que no se meta en las redes sociales. No me hace caso.

- ¿La pintura inspira tu poesía?

- La pintura despierta en mí emociones, siempre me ha conmovido y, sí, a veces ha inspirado alguno de mis poemas.

- ¿Cuál ha sido la mayor locura de tu vida?

- Yo creo que no he tenido ningún proceso de locura, ni siquiera amorosa.

Y ya enfilando la recta final de esta agradable tarde, la preceptiva lectura de poemas:

  • Ricardo Bellveser recitó el poema “Madonna de parto”.
  • Virgilio Fuero puso voz e imágenes al poema “Música propia”
  • Elena Romaguera, “Una barca perdida”.
  • Amparo Pérez Mengod, ¡Jaula”.
  • Rosa María Vilarroig, “Venga Dios y lo vea”.
  • Blas Muñoz, “Paisaje”.

Y se cerró esta tarde poética con la lectura por parte del propio Fernando Delgado de su poema “La mirada del mar”. Una tarde que tuvo como protagonista a uno de los más brillantes autores del panorama literario valenciano y español.

Texto: Pascual Casañ | Fotografía: José Luis Vila

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