Grupo de Lectura 1: Fecha: 15 de mayo de 2021. Lugar: Sala de Juntas del Ateneo Mercantil. Nº de asistentes: 9. Editorial: Impedimenta. Pág: 96 páginas.

Autor: Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, fue un periodista, escritor y humorista estadounidense que nació en Florida, Misuri, el 30 de noviembre de 1835 y que falleció en Connecticut el 21 de abril de 1910.  Llamado por William Faulkner "el padre de la literatura americana", Twain escribió más de 500 obras, comenzando su carrera como tipógrafo, y viajando de ciudad en ciudad y de una imprenta a otra. Poco a poco se desarrolló como periodista, época en la que adoptó el pseudónimo de Mark Twain, pero sus visiones críticas contra el racismo, el esclavismo y otros temas sociales conflictivos truncaron esta vocación; fue mediante sus relatos y novelas con las que finalmente obtuvo reconocimiento, siendo conocidas hoy en día sobre todo Las aventuras de Tom Sawyer (1976) y Las aventuras de Huckleberry Finn (1984), considerada esta última por muchos como "la gran novela americana".

A pesar de su inmenso éxito como escritor, varias malas inversiones y el engaño de sus editores lo obligaron a sobrevivir a base de dar conferencias por todo el mundo. Se casó con su gran amor, a quien estuvo cortejando por carta durante un año, y tuvo con ella cuatro hijos, aunque tres de ellos murieron antes que él, al igual que su esposa.

Sinopsis: Sin perder un ápice de su habitual ingenio y su encanto particular, Mark Twain nos presenta en este breve relato cómico los avatares y problemas que generan la vida en pareja y la convivencia, no siempre fácil, aunque sea en el Paraíso. A través de los relatos paralelos de los padres de la humanidad, y con un texto que combina en igual medida diversión y profundidad, primero Adán y luego Eva nos hacen partícipes de unas cuitas que, a decir verdad, no son muy distintas de las de cualquier relación de nuestro tiempo.

Diario de Adán: Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta, no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay viento del este, creo que tendremos lluvia… ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra…? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.

Diario de Eva: Toda la semana lo seguí y traté de entablar relaciones con él. Yo soy la que tuvo que hablar, porque él es tímido, pero no me importa. Parecía complacido de tenerme alrededor y usé el sociable nosotros varias veces, porque él parecía halagado de verse incluido.

Desde su edición original en 1906, Los diarios de Adán y Eva no han perdido vigencia. La poderosa combinación de ironía y ternura que habita en sus páginas, hacen de este trabajo uno de los mayores de Twain y de la literatura humorística. Las imágenes de Meléndez desentrañan, como nunca antes, lo que realmente sucedió en el Jardín del Edén antes del percance frutal.

Comentarios: A la mayoría les gustó la obra pese a su brevedad, porque les hizo sonreir, reir o emocionarse, si bien a algunos no les terminaba de gustar conforme la iban leyendo, si bien al final de su lectura y tras reflexionar sobre ella llegaron a la conclusión de que realmente les había gustado. Fue considerada como una obra sorprendente, peculiar, desconcertante, fácil de leer, quizá como un divertimento con gran sentido del humor, parecido a un cómic, amena, distraída, divertida, desternillante, tierna y con mucha sensibilidad.

La obra resalta con agudeza las diferencias de género entre Adán y Eva con gran atrevimiento para su época, porque se centra en una relación de amor muy primaria, de grandes brochazos pero de mucha intensidad. Aun así es algo que sigue vigente salvado el tiempo transcurrido desde que fue escrita a finales del siglo XIX, de manera que hay aspectos que se pueden considerar superados hoy en día. Se advierte mucha ironía y ternura al dibujar las distintas maneras de ver las mismas cosas por parte de Adán y Eva, así como en el modo como cada uno considera al otro (como un inútil insensible o como una molestia incomprensible, por ejemplo).

No se alude apenas al núcleo central de lo ocurrido en el paraíso con la serpiente y se centra más en el análisis de los arquetipos del hombre y de la mujer. Más bien parece un homenaje a la mujer a través de la descripción de Eva, con muchos más matices que la figura de Adán, cuyos rasgos no son dibujados de una manera tan sofisticada. Se hizo hincapié en la ingenuidad de los personajes y que su vida iba cobrando sentido conforme veían que siempre había algo por descubrir.

Algunas expresiones utilizadas pueden haber resultado un tanto hirientes, especialmente las de que ella seguiría amándole por su masculinidad, aunque la golpease o maltratase. Pero probablemente este tipo de frases hay que entenderlas en un sentido no literal, sino como expresión de que su amor no tiene límites, y desde luego no es lo más importante de la novela, cuyo núcleo está en la buena relación y armonía de la pareja humana: pese a los diferentes intereses que muchas veces les guían, son capaces de compenetrarse y hacer que su vida sea un paraíso, que el paraíso esté siempre en la pareja misma. Un buen invento, sin duda.