El consumo energético en España, al igual que sucede en el resto del mundo, se sustenta mayoritariamente en las fuentes de energía de origen fósil, fundamentalmente petróleo y gas natural.  Cabe destacar nuestra dependencia prácticamente total del petróleo, del cual importamos más del 99%, destinando cerca del 80% del mismo  al sector del transporte.

El sector industrial ha sido tradicionalmente el mayor consumidor de energía en España. Sin embargo, las medidas de ahorro que comenzaron a ponerse en práctica en los años 70 y las mejoras en los procesos industriales unidas, por otra parte, a la terciarización de la economía y al aumento de la movilidad de personas y mercancías, sobre todo por carretera, han hecho que la industria pierda peso relativo en la estructura de la demanda energética frente a los sectores transporte y servicios, siendo el transporte el sector más intensivo en términos energéticos desde los años 90.

El consumo de energía final en España

Respecto al consumo energético de las familias españolas, desde la década de los 90 y hasta hace relativamente poco, el consumo energético de los hogares españoles ha evolucionado por encima del crecimiento de la población, a una tasa incluso 3 veces superior. Eso se ha debido, principalmente, al incremento del equipamiento doméstico. Por otro lado, se ha mantenido un incremento progresivo del número de vehículos turismos, que ya en el año 2008 superaba los 22 millones de coches (1,3 coches por hogar), manteniéndose desde entonces estabilizado alrededor de esta cifra.

En la actualidad se han producido algunos cambios fruto de la coyuntura económica, dinámica de precios energéticos y mejoras tecnológicas asociadas al equipamiento e instalaciones térmicas de las viviendas, entre otros factores, dándose un acercamiento entre el ritmo de crecimiento de la población y el del consumo de los hogares. Las familias españolas representan aproximadamente el 36% del consumo total de energía final, que se distribuye entre un 18,5% imputable a los usos energéticos de la vivienda y un 17% al uso del vehículo privado.