Durante la conferencia del D. Adolfo Alonso Durá, que es Doctor Arquitecto y profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV, se realizó un recorrido sobre lo que era hace 2000 años y lo que es ahora el Santo Sepulcro y la ciudad de Jerusalén. Estos conocimientos son necesarios porque si el visitante que va por primera vez y no lleva información previa no entenderá nada.

El Templo del Santo Sepulcro también es conocido como la Basílica de la Resurrección, y es el centro de peregrinaje del cristianismo más importante desde el siglo IV, y el gran objeto de deseo de los Cruzados.  Por su parte, Jerusalén tiene su origen en un terreno escarpado y podemos encontrar el templo original de Salomón que duró 500 años y que quedó destruido, donde se hallaba, entre otros, el Arca de la Alianza. Posteriormente se reconstruye y se sigue ampliando y con Herodes El Grande en el siglo I AC a partir del 20 AC empieza un gran ampliación y se engrandece el templo.

Al final es un gran edificio en el que, si comparamos, cabían cinco campos de fútbol y los muros tenían una altura de más de 50 metros. Era un edificio con grandiosidad influido también por la cultura romana puesto que Herodes había vivido en Roma. El templo de Herodes no existe porque fue destruido por los romanos, por el emperador Tito.

Por su parte, Jerusalén se ha destruido en su totalidad varias veces y en las murallas vemos una parte herodiana y las partes que quedan de las diferentes reconstrucciones. Adolfo Alonso recorrió los diferentes espacios de Jerusalén que se reflejan en los evangelios.

Por ejemplo, en la casa de Caifás se reúne el Sanedrín, gobierno judío, que condena a muerte a Jesús, pero como estaban bajo poder romano lo llevaron ante Poncio Pilato para que aplique la condena. Los judíos no podían entrar a una casa pagana y se quedan en el patio exterior, que es donde se celebró el juicio a Jesús.

Tras la condena lo llevan al Gólgota, que estaba fuera de las murallas de la ciudad. Muchos pensarán que El Calvario era un monte, pero no es así, era una antigua cantera de piedra junto a las murallas. A Jerusalén se le puede denominar la ciudad de piedra, porque todo esto es de material, incluso en la actualidad. Esto es así porque el suelo es todo roca. Y en uno de los peñascos, Gólgota, era donde crucificaban. En las excavaciones arqueológicas de los años 60 junto al Santo Sepulcro se descubrió los restos de una cantera romana.

En esa época, cuando la pena era de crucifixión consistía en una cruz, el palo vertical estaba en el sitio y cada reo llevaba atado el horizontal y cuando llegaba lo izaban y lo ataban al palo vertical. En el caso de Jesús la crucifixión sería solo en 3 puntos y el problema de esta forma era respirar.

Las tumbas típicas tenían dos partes, la tumba y la cámara anterior. Se conservan muchas de estas características, con una puerta de piedra rodante. Normalmente cavaban y hacían el nicho. Estos primeros enterramientos duraban cinco o seis años hasta que sacaban los huesos.

Es interesante que estudiando las costumbres funerarias de los hebreos en esa época a un muerto tenían que enterrarlo al tercer día de morir y durante esos tres días lo velaban, pero no en el domicilio propio, sino que lo dejaban en otro espacio en el que se velaba.

Si pensamos cronológicamente en el caso del Sepulcro de Jesús hay que señalar que Jesús muere en viernes sobre las 15 horas, pedirían permiso a Pilatos para llevarse el cuerpo, pero antes de las seis tenía q estar depositado porque comenzaba el Sabat, así que lo descolgaron de la cruz y lo depositarían en un depósito a 30 metros del Calvario con aromas. El domingo por la mañana, las mujeres irían al sepulcro porque estaban dentro de los tres días que tenían que velar al cuerpo. De hecho se tendría que haber enterrado definitivamente el lunes por la tarde como máximo. Pero cuando llegan nos cuentan que la piedra estaba movida y no estaba el cuerpo de Jesús.

Qué pasó después desde ese momento hasta ahora sobre el Sepulcro de Jesús

Los primeros seguidores veneraban a Jesús y los lugares que frecuentaba, pero durante los primeros tres siglos no tenían templos. Los primeros edificios los construyen a partir del 320 tras el Edicto de Milán y la libertad de culto. Pero en el año 135, Adriano lleva sus legiones y arrasa Jerusalén e intenta borrar la memoria de Israel y los judíos. En Jerusalén construye una ciudad nueva con un nuevo trazado y le cambia hasta el nombre, pasándose a llamar Elia Capitolina. Además construye un templo pagano pero intentando borrar el sepulcro de Jesús lo señala más todavía por lo que los cristianos sabían dónde estaba la tumba.

Así durante tres siglos lo que hizo fue conservar los restos arqueológicos que había debajo del templo.

En el siglo IV, la madre de Constantino, Elena que era cristiana, coge un grupo de arquitectos imperiales para redescubrir los lugares cristianos, especialmente el Santo Sepulcro y encuentran la tumba, el Calvario y un pozo con restos de crucifixiones y construye la basílica Constantiana y un porche donde estaba la roca del calvario y el sepulcro con una cúpula central sobre él.

Esto continúa así hasta el 1009 en que un califa de Egipto invade las tierras y destruye todos los templos cristianos menos la Basílica de Belén. No se conoce el grado de destrucción de la roca original.

Esta destrucción fue el motivo de la primera cruzada, que tiene éxito, y reconstruyen la Iglesia del Santo Sepulcro, pero la hacen más corta y conservan la entrada a la cueva, haciendo una capilla encima. Sufre algunas remodelaciones y se instala mármol, por ejemplo.

En el lugar de la Roca del Sepulcro hicieron una capilla con unas escaleras empinadas y ponen un altar a ras del suelo, un espacio pequeño que tiene dos retablos.

En la actualidad han puesto unos cristales para ver la roca original.

En 1928 hay un terremoto en que se cuartean los mármoles y la autoridad de entonces, los ingleses, pusieron una vigas de hierro para que no se abriera la estructura hasta hace cinco años que se pusieron de acuerdo todas las religiones para arreglarlo.

De esta forma se pudo ver la piedra original y ver qué parte quedaba, que es muy pequeña. Sacaron el mármol y vieron que bajo había una losa sobre la piedra que tenía una cruz marcada, que parecía de los cruzados del S. XI o XII. Entonces surgieron dudas de si era el auténtico Santo Sepulcro, pero entre la losa y la roza original había un mortero de agarre que se analizó para ver de qué época era y los resultados fueron que era del S.IV, por lo que es la roca original.

En la actualidad hay colas de dos o tres horas para ver este lugar y al final se entra a un espacio reducido en que caben cuatro personas.

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