La Escuela de Filosofía se despide este curso con el cine como es ya una tónica en todos los cursos y en esta ocasión lo hizo con el director norteamericano Terrence Malick. Las posturas fueron divergentes porque Malick genera adhesiones profundas, pero a su vez genera rechazos profundos. A nadie deja indiferente. Todo esto se reflejó en la webinar en la que participó el profesor Dr. Pablo Alzola Cerero de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y en la que participaron exponiendo sus puntos de vista el profesor Dr. Ginés Marco, de la Universidad Católica de Valencia y el profesor Dr. Antonio Lastra, de la Escuela de Filosofía del Ateneo Mercantil.

Introducción

Malick fue un alumno de Stanley Cavell en Harvard, un muy buen alumno, un alumno aventajado, que por consejo suyo fue a Oxford para doctorarse con Gilbert Ryle, a quien propuso una investigación sobre el concepto del mundo de Kierkegaard, Heidegger y Wittgenstein. Cavell cometió el error de enviar a Malick a hacer la tesis con Ryle a Oxford y cuando éste vio el proyecto de Malick no acabó muy contento y rechazó su tesis. Esto fue fundamental para todos los amantes de Malick porque el director de cine norteamericano decidió no hacer más filosofía.

A su vuelta editó y tradujo perfectamente a Heidegger al inglés, "La esencia de las razones" en Estados Unidos (decidió no volver a hacer filosofía, pero hizo una traducción bilingüe perfecta que pasaba por una obra de un filósofo); tras un breve paso por la docencia llevaría al cine las instrucciones cavellianas, heideggeranias y emersonanias en una serie de películas difíciles de catalogar.

Pero desaparece en Hollywood, pasa unos años como guionista en la que escribe Harry, el Sucio, pero sin tener mayor relevancia hasta que aparece para dirigir su primer gran largometraje: Malas Tierras (1973), a partir de empieza una carrera con Días de Gloria (1978) hasta que llega La delgada línea roja (1998) donde todo Hollywood quiere aparecer en esa película. Este film es un punto de inflexión porque Malick cuenta con todo el apoyo de la industria cinematográfica norteamericana; no era considerado un cineasta independiente, sino todo lo contrario, tiene dinero para realizar sus proyectos y cuenta con el respaldo de la industria cultural del mundo del entretenimiento. Luego llegarían con más éxito unas que otras... El nuevo mundo (2005), El Árbol de la Vida (2011), To The Wonder (2012), Knight of Cups (2015), el documental Voyage of Time (2016), Song to song (2017) y A Hidden Life (2019).

'Mon Guerlain' descoloca a seguidores y detractores

Antonio Lastra adelantó su posición sobre el cine de Terrence Malick para dar pie a la explicación de Pablo Alzola, un especialista en el cine del norteamericano. Y lo hizo proyectando un video de un anuncio de un perfume: Mon Guerlain con Angelina Jolie. Malick sabe cómo plasmar el halo bucólico en sus historias y plasma a la actriz deambulando libre pero fuerte y comprometida, dejándose embelesar por los campos provenzales de lavanda. Un entorno idílico como el que proyecta en sus películas, un anuncio donde usa pinceladas de varias de sus películas, ya que recuerda a El Árbol de la Vida y a To the Wonder, pero en esta última película también hay un guiño en la música porque el cineasta recurre a un tema musical del que ya hizo uso en el tráiler del largometraje.

Lastra indicó que "tras ver To the Wonder, quedé fascinado por esta película, para mí era una de las mejores que había visto, pero tras esta película rueda este anuncio, que hizo que me preguntara si Malick ¿es un buen autor de videoclips?, y, además, me preguntaba si está simplemente anunciando algo y si lo que anuncia podría ser Mon Guerlain como es el caso del anuncio o pueda ser dios como en sus películas...".

Además, poco o nada, se puede discutir sobre su técnica cinematográfica, una de las más depuradas de la desde hace décadas: "La técnica cinematográfica es perfecta, de la que es un experto, un gran maestro porque muy pocos directores de cine sabrían utilizar la cámara como Terrence Malick", pero Lastras destacó que tiene el peligro de no saber transmitir el mensaje por su alto grado de dificultad para hacerlo. "Este virtuosismo técnico, a su vez, puede ser enemigo del propio lenguaje cinematográfico. Sería algo próximo a lo Franck Kapra dijo de Stanley Kubrick: 'Kubrick será un buen director de cine cuando aprenda a hacer las cosas más sencillas'".

Antonio prosiguió desgranando el spot publicitario: "El anuncio es Malick, puro Malick. Lo que aparece en el anuncio podría ser perfectamente To the Wonder, podrían ser algo de esas dos horrorosas películas que se llaman Knight of Cups y Song to song, horrorosas, la cosa más perversa de la perfeción es la perfección invertida... al final Mon Guerlain podría ser homónimo de cualquier cosa que Malick esté buscando". Para Lastra este anuncio fue como ver la destrucción del cine de Malick, dejó de interesarle, pero aún así vio sus tres últimas películas, la última estrenada hace unos meses,  antes del confinamiento: "Tengo que reconocer que a instancias tuyas, Pablo, y por indicación de tu libro vi estas dos películas comentadas anteriormente, cosa que no debería haber hecho, y después vi A Hidden Life donde obviamente entiendo que algo prestado a la película que es el horror del nacismo y de la defensa de una postura ética pueden engañarnos respecto a lo que vamos a ver en la película. Pero insisto, en última instancia, no sé lo que está buscando Malick podría ser Mon Guerlain".

La evolución del cine de Malick

Pablo Alzola tomó la palabra para constar lo que había afirmado Antonio Lastra en la presentación de Malick. "Este anuncio la última vez que lo ví fue en 2017 en vuestro Seminario de Stanley Cavell y es verdad que para alguien que este familiarizado con el cine de Malick, este anuncio que dura 30 segundos hay rasgos que son muy definitorios de su cine. El movimiento de la cámara por las ramas del árbol recuerda a El Árbol de la Vida, la mujer frente a la ventana es To the Wonder donde aparece muchas veces esta escena, el rostro con un fondo de luz muy luminoso es el final de El Árbol de la Vida cuando la madre entrega su hijo a Dios y las escaleras aparecen muchas veces en To the Wonder, en Malas Tierras".

"El cine de Malick busca captar una imagen perfecta del mundo, pero hay que entenderlo como una trayectoria que se va desenvolviendo a lo largo del tiempo. Existe un progreso y una evolución en el lenguaje cinematográfico que se adecua a lo que busca"

Antonio Lastra lo que plantea a raíz de este anuncio y lo que se pregunta es ¿qué busca el cine de Malick? Y Pablo trató de responderle: "Es verdad que el anuncio de Mon Guerlain desconcierta. El cine de Malick hay que entenderlo como una trayectoria que se va desenvolviendo a lo largo del tiempo, ya que son muy distintas Malas Tierras de A Hidden Life. Son nueve largomentrajes y un documental en su vida, hay un progreso y una evolución desde el primero al último en el lenguaje cinematrográfico: en el uso de la cámara, en la voz en off, en el uso de la música, de la luz, pero nos quedamos con el lenguaje, es verdad que malick  ha cambiado mucho en estos años dentro del poco cine que ha hecho, pero hay preocupaciones e intereses en Malas Tierras, y él como lo sigue teniendo ha ido desarollando un lenguaje cinematográfico que se va adecuando a lo que busca, a sus intereses".

Y prosiguió "Como dijo Antonio hace un par de años, el cine de Malick busca captar una imagen perfecta del mundo. Este director estudia con un filósofo estadounidense que es Stalley Cavell, que escribió un libro que se llama el 'Mundo Visto', donde dice que lo propio del cine es revelar el mundo, es revelar la presencia del mundo porque Cavell parte de una situación propia del contexto filosófico del s. XX y anterior, que es un contexto de escepticismo, de no saber lo que tenemos enfrente y si es un producto de mi subjetividad o no". Revelar el mundo es una de las grandes preocupaciones de Cavell y de Malick. "Este problema del escepticismo que es lo que preocupa a Cavell es como el punto de partida de su libro 'El Mundo Visto' y él va armando un argumento en torno al cine y dice que el cine es un camino que nos puede volver a traer el mundo, a través de un juego curioso que nos hace presente el mundo sin estar ahí. Cavell dice que lo propio del cine es revelar el mundo. Esto que está tan presente en Cavell, también está presente en el cine de Malick y es una de sus grandes preocupaciones cuando hace cine".

En Malas Tierras o en Días del Cielo, es muy sorprendente que por un lado está la historia de los personajes, la parte más narrativa de los personajes, pero por otro lado, tiene momentos donde la cámara fija su atención en un búfalo, en un murciélago... como que hay un corte en el hilo narrativo de la historia. Entonces es cuando uno se pregunta: ¿qué busca Malick con estas tomas que no tiene nada que ver con la narrativa de la película? "Este recurso se llama Parataxis, que es insertar una toma que no tiene nada que ver con la narración, esto lo hace Malick mucho y sorprende. Estas tomas que sorprenden responden a esta preocupación y esto Cavell ya lo dice en el 'Mundo Visto', que publicó en 1971. En la edición de 1979, una edición ampliada, en el prólogo de la edición, Malick dice que 'nadie ha descrito mejor esa visión metafísica del mundo'".

"Es una preocupación que está en Malick desde el principio, el director ha evolucionado hasta puntos horribles como dice Antonio. En 'Song to Song' y 'Nighgths of Cups' son películas interesantes pero son las dos que menos me gustan de Malick, creo que tienen un propósito dentro en la trayectoria de Malick si lo vemos desde un todo. La preocupación del cine de Malick es mostrar la realidad del mundo, es decir que hay algo ahí fuera de nuestra subjetivad que no depende de nosotros y que está ahí fuera, que está presente, que es real. Esto lo vamos viendo en 'Malas Tierras', en 'Días del cielo' y en 'La delgada linea roja' de modo más acentuado porque la cámara empieza a tomar una mirada mucho más contemplativa, empiezan a aparecer los famosos contrapicados por la copa de los árboles por donde se filtra la luz", destacaba Pablo.

Pero Antonio Lastra no se dio por contestado y quiso incidir en que, tras el anuncio de la colonia, "todo se vuelve simbólico en Malick". "Es como si él mismo se hubiera querido revelar y lo que nos está diciendo es que este contrapicado de los árboles, esta puesta del sol, este lagarto en el desierto... esto no es lo que es, que todo es otra cosa. Entonces no es un problema de realismo, es un problema simbólico, todo lo que muestra es otra cosa". De Malick se puede decir lo que se dijo de Kierkegaard, de hecho la vida oculta es una idea Kierkegaardiana, de él se dijo que el paso siguiente a aquella tarde en Copenhague sería haber ingresado en una gran institución como la Iglesia, en el caso de Malick también es ingresaren una gran institución. "Al final lo que debemos abordar en Malick es la espectación de otra cosa, corremos el peligro de lo que Walter Benjamin llamó la estetizacion del arte. Las películas de Malick son bellísimas, en todas las películas tiene el toque de la perfección, pero luego nos dice que nada de esto vale como lo que está más allá".

"En las películas de Malick corremos el peligro de lo Walter Benjamin llamó la estetización del arte. Las películas son bellísimas, todas tienen un toque de perfección, pero luego nos dice que nada de esto vale, es la espectación de otra cosa"

La existencia de un dios personal en las películas de Malick

Pablo Alzola siguió con su idea de que el cine de Malick apunta hacia la existencia de un dios, pero es un dios personal. "Siguiendo a Cavell lo propio del cine de Malick sería revelar el mundo como algo real, pero a partir de 'La delgada línea roja' adopta una actitud que se puede ver en muchos aspectos de las películas que vendrían después, una actitud que apunta a algo que está más allá, a algo trascendente como al mundo finito de sus personajes y de su entorno, algo que es simbolizado en Malick con la luz y con el viento".

"Esta intuición empieza a parecer en La delgada línea roja y creo que con El Árbol de la Vida se aclara un poco que eso trascendente hacia lo que las imágenes de Malick apuntan es hacia la presencia de un dios personal, al que se le puede interpelar, por eso la presencia de la voz en off. Un dios personal al que le se le puede llamar e interpelar y que corresponde a las características del dios bíblico, el dios que ha revelado su nombre".

Pero tras El Árbol de la vida esto mismo aparece en todas sus películas en mayor o menos medida. "Luego llega To the Wonder y no hace que seguir apuntando en esa dirección, también con los elementos de la trama como es ese Javier Bardem que es un sacerdote católico que al final de la película llega un momento de revelación y dice que ve a Cristo en las personas que le rodean". En las dos próximas películas también se produce pero de manera más fragmentada: "En Song to song y Knight of Cups también apuntan en esa dirección, pero de modo mucho más fragmentado y ambiguos, aunque con ciertas referencias o citas que no dejan la menor duda como el 'Progreso del Peregrino' o el poema de la 'Imagen Divina'. Y también ocurre en la última película, en A Hidden Life, que está inspirada en la historia real de un mártir católico que se opuso a alistarse al ejército alemán y por ello fue juzgado y ejecutado".

Pero lo que plantea Antonio Lastra es que las imágenes de Malick da igual lo que sean, lo que se muestre, da igual, ya sea un lagarto o un mártir católico, lo importante es lo que no se ve, pero en esto no está del todo de acuerdo Pablo Alzola: "Decir que lo que muestra Malick, con sus imágenes, es insignificante porque se desvancece ante el mundo invisible, el mundo Dios, no lo comparto porque por un lado Malick es cristiano, pero no es católico, es episcopaliano, como los anglicanos americanos, pero como cristiano Malick crea que en su cine está muy presente una idea que está en el cristianismo, que por un lado está  la idea de la presencia real, algo en lo que el cristianismo se distingue de casos semejantes como deriavas más platónicas que disminuirían la importancia al mundo sensible. El cristianismo pone su acento en que este mundo el que filma la cámara de Malick tiene una presencia real, es decir remite al creador, pero por si mismo tiene una consistencia ontológica. Esto es cristianismo puro".

La dificultad de los actores con el cine de Malick

Antonio Lastra toco un nuevo asunto muy importante en el cine de Malick, como es la dificultad de los actores para seguir con la historia dramática de la película y para ello quiso poner un ejemplo para que se viera más claro lo que opinan actrices y actores del cine de Terrence Malick respecto al lenguaje cinematográfico. "En Song to song y en Knigth of Cups o elige muy mal a los actores o es que su forma de dirigir da menos posibilidades de actuar al actor. Por ejemplo, en La delgada línea roja hay una escena en la que Sean Penn entierra a Jim Caviezel, esa escena es un plagio de otra película, que además, es del mismo autor narrativo, recuerda 'De aquí a la eternidad' de Fred Zinnemann, en la que se repite la escena, pero mientras que en La delgada línea roja no hay interpretación y ni mucho menos la fuerza dramática que sí consigue Burt Lancaster. Malick pretende hacer un cine perfecto técnicamente, pero en el fondo está a un paso del nihilismo. Y hay que recordar que el que está a un paso del nihilismo tiene dos opciones: retroceder o ingresar en una institución. No hay trabajo de los actores y de la trama, no hay un desarrollo argumental".

Y prosiguió destacando los problemas de los actores con Malick: "El método de Malick es un permanente escorzo de la cámara en un rostro al que se le oculta la voz, no conocemos ni siquiera su formación católica. El problema es que estetiza una posición que podría ser el nacional socialismo o el catolicismo, por poner algunos ejemplos. No muestra nada. En las películas es inverosímil. Todos los personajes de Malick sufren acosos y una inadapción a las cosas. En el fondo es el individuo el que cree tener la convicción suficiente para ponerse al margen. Malick hipnotiza su cine, es desleal".

Pero Pablo le replicó indicando que él sí que ve un gran trabajo de los actores con Malick aunque reconoció que los personajes del cine de Malick son un poco insulsos. "En 'A Hidden Life' a costa de 'ontologizar' el mundo, 'desontoligiza' a los actores. Preserva cosas de su historia, pero da una vuelta hacia lo narrativo, si que valora el trabajo de interpretación del actor y de la actriz. Ellos hacen dos grandes interpreciones construidas desde dentro porque no hay grandes diálogos. La representacion del mal es otra de las preocupaciones de Malick, qué valor y qué lugar damos a la presencia del mal. Por ejemplo en 'A Hidden Life' es el nazismo. Si uno comienza a ver la película sin que nadie le diga nada, te da unas pautas de lecturas. La voz en off, la música, al principio el descenso del avión de Hitler, Malick selecciona unas imagenes del triunfo de la voluntad, es una idea de la bajada de Hitler del cielo".

Mientras que Ginés Marco incidió en el problema del sentido de la trascendencia en Malick, ya que desde La delgada linea roja se señala hacia la trascendia pero queda algo difuso que se va perfilando en algo más. Pablo le contestó: "Se puede entender en el plano narrativo, en el diálogo... luego está la experiencia de cada uno de los lectores o cinéfinos, es un apertura a la trascendecia y no puede ser forzada. Ha de ser y ha de partir de una adhesion libre de la persona. El cine de Malick a partir de estas peculiaridades lo hace en el nivel visual, está en el interés de captar el mundo. Malick tiene la idea de que el mundo no es ni siquiera el símbolo de otra cosa, sino que el mundo tiene una presencia real y esa presencia real remite a un creador".

Las películas de Terrence Malick no son muchas, pero todas han dejado una huella singular en la historia del séptimo arte. ¿Cuál es esa singularidad que ha despertado en el público tanta admiración como rechazo? El cine de Malick expresa, mediante un lenguaje audiovisual muy característico, preocupaciones que atañen a todo ser humano tales como la búsqueda de la propia identidad, la distancia o cercanía con los otros y el hallazgo de un hogar.

Tomando la cuestión del hogar como punto de partida, el libro de Pablo Alzola nos plantea un acercamiento a la filmografía del cineasta de enfoque amplio e interés humano, en el que destacan dos grandes referentes: la tradición bíblica y el pensamiento de Stanley Cavell, un filósofo tan cinematográfico como americano. Al final, se descubre que tanto los mundos y personajes creados por Malick como la vivencia en la que se sumerge el espectador confluyen en un mismo anhelo: la esperanza de llegar a casa.