Dña. Carmen Leal, catedrática de Psiquiatría y presidenta de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana, fue muy clara en su exposición. La tristeza corresponde a un estado habitualmente pasajero como consecuencia de un mal que nos aflige. El ejemplo que expuso fue el duelo por una persona querida que, con el tiempo, va desapareciendo. Es un proceso normal de personas normales.

Sin embargo, la depresión es una patología, una enfermedad que engloba una serie de características que también incluye la tristeza; pero que no hay que confundir. Se puede estar, y de hecho se está triste, sin padecer una depresión. Comentó que, en ocasiones, hay una "inflación" de diagnósticos depresivos y, en consecuencia, de tratamientos que no tienen utilidad, que son más bien placebo. No toda pena es depresión. La depresión ha de ser diagnosticada por un profesional, porque, de momento, no disponemos de marcadores biológicos que nos permitan un diagnéstico diferencial.

Señaló asimismo que la depresión se puede manifestar a cualquier edad y condición social; aunque es más prevalente en personas divorciadas, separadas, viudas, etc. No hay cifras estadísticas fiables, aunque hay una que sí es constante: las mujeres son el doble de susceptibles que los hombres de padecer esta enfermedad; y, aunque las razones no están claras, se inclinó por admitir algunos factores de riesgo: mecanismos hormonales en determinadas ápocas, por ejemplo en la menopausia, que la mujer es más receptiva a las situaciones de estrés, otros factores psicológicos, cognitivos, ambientales y sociales. Respecto a la genética, señaló asimismo que es importante saber si hay antecedentes familiares de padecimiento de depresión, pues es un indicador importante.

También comentó que los síntomas fundamentales para diferenciar un diagnóstico de depresión son: el estado de ánimo deprimido, la tristeza, la pena, la congoja, la anhedonia o incapacidad para encontrar placer en las cosas que uno hace, pérdida de apetito, insomnio nocturno e hipersomnia por el día, apatía y, a veces, en cambio, agitación psicomotriz, la falta de interés por hacer cosas, la fatiga o falta de energía, sentimientos de inutilidad o de culpa, dificultad para concentrarse, pensar o tomar decisiones; y, en algunas ocasiones ideas recurrentes de muerte o de suicidio. Por tanto, la tristeza es solo uno de los variados síntomas de la depresión: porque el mundo estaría mejor sin él/ella.

A este propósito citó un poema de Rosalía de Castro que, en versión lírica, resume a la perfección cómo se siente un enfermo de depresión:

Implacable angustia,

hondo dolor del alma,

recuerdo que no muere,

deseo que no acaba,

vigilia de la noche,

torpe sueño del día,

es lo que queda del placer gustado,

es el amargo fruto de la vida

Sobre las causas de por qué aparecen las depresiones, hizo mención de las diversas teorías actuales sobre deficiencias en neurotransmisores, determinantes biológicos, afectación del hipocampo, la inflamación, cambios en la neurogénesis, modificaciones fisiológicas en determinadas estructuras cerebrales como el hipocampo, el cortex, la amígdala, etc., lo que constituye el llamado "cerebro emocional", que son zonas que aparecen más afectadas. Pero no existe un marcador biológico, como se tiene de otras enfermedades; y para diagnosticar es fundamental que el profesional se haga cargo del cuadro clínico.

Finalmente mencionó la necesidad de aumentar la resiliencia ante las adversidades. Instruir en  estrategias de enfrentamiento del estrés, apoyo familiar, educativo, etc.

Después hubo un animado coloquio.

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