En las cocinas de nuestras casas es donde se cuecen las habas y mil y una historias familiares. Unas tristes, otras alegres, como la vida misma. Lo importante es conseguir la alegría, la armonía, el buen ambiente, que en casa se viva bien, en definitiva, disfrutar del matrimonio. En esta conferencia nos enseñan de una manera sencilla, con pequeños detalles y anécdotas, cómo conseguir un matrimonio disfrutón. Que sí, que merece la pena casarse, comprometerse, que los jóvenes necesitan tener ejemplos. Que después de veros, vuestros hijos y sus amigos digan: Yo quiero ser como ellos. Hay que cambiar las estadísticas.

Un encuentro en el que se habló de cómo querer queriendo. El amor funciona con voluntad porque el amor verdadero siempre está, lo que se va con el paso del tiempo, es la emoción de amar. Si quieres queriendo, cualquier miedo a amar se esfuma. Cuando amas en pareja existe un cierto miedo a la traición, al abandono, a la frustración, a la dependencia, al fracaso, al maltrato, a repetir historias… pero vivir bajo estas condiciones no es vida, no es amor.

Los matrimonios también necesitar descansar, hablar, compartir y recomenzar. Momentos pensados exclusivamente para la pareja, porque cada una de nuestras familias es maravillosamente imperfectas. Hay que descubrir nuestras fortalezas, identificar nuestras debilidades y comprender la balanza entre el Amor y el Perdón.

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