La conferencia impartida por el Dr. Javier Orozco Messana el pasado día 21 marzo en el Ateneo Mercantil de Valencia fue sobre "los nanomateriales o la revolución que salvará a la humanidad”. El Dr. Javier Orozco Messana, es profesor titular de universidad del Departamento de Ingeniería Mecánica y Materiales de la UPV, Director del Área de Acción Internacional de la UPV, Secretario de la Fundación para el Desarrollo del Cono Sur y desde 2017 Presidente de la Fundación Escuelas de Artesanos.

El Dr. Orozco introdujo su conferencia poniendo de relieve que desde los tiempos de Malthus diversas extrapolaciones de las tecnologías y materiales existentes han venido prediciendo el fin del mundo que, hasta ahora, no ha llegado… para continuar diciendo que el mundo actual sufre la peor enfermedad que ha conocido la humanidad a cuenta de la expoliación sistemática del Planeta y sus recursos por la raza humana. Esta enfermedad se manifiesta a través del cambio climático con múltiples y nefastas ramificaciones.

Si existe alguna salida más cercana que la emigración a las estrellas próximas debemos buscarla en el interior de los materiales que son la base de todo lo que nos rodea. Desde que Richard Feynman en 1959, en una carta escrita desde Caltech, anunció que "hay mucho espacio allí debajo" se abre la era de los nanomateriales. El principio es básico y doble. Por una parte los átomos son grandes espacios vacíos, y en ellos las partículas subatómicas se mueven con reglas controladas por la mecánica cuántica. Ese gran espacio permite multiplicar exponencialmente los principios físicos y químicos que soportan la tecnología actual, y además, las reglas cuánticas se traducen en posibilidades que ni tan siquiera podemos entender con las reglas de la física clásica.

Así, podemos decir, de acuerdo con el número de diciembre del "Scientific American", que las tecnologías emergentes, basadas todas ellas en la aplicación de nanomateriales, nos van a ayudar a alimentarnos, curar nuestras dolencias y reparar el planeta, identificándose entre otras las siguientes aplicaciones:

1. Obtención de agua gracias al sol: materiales porosos (MOFs) que absorben la humedad del aire y la liberan al exponerlos al sol.

2. Combustible gracias a hojas artificiales: fotosíntesis en nanomoléculas artificiales que con CO2, agua y radiación solar rompen las moléculas de dióxido de carbono y agua formando nuevas cadenas orgánicas como alcoholes que permitirían un ciclo cerrado de combustión sin calentamiento global.

3. Inteligencia artificial con visión humana: Las redes neuronales convolucionales (CNNs) programadas molecularmente sobre nanosensores ópticos (visión artificial) permitirán ver y aprender sin programar... solo les faltará la inteligencia.

4. Agricultura de precisión: Nanosensores ubicuos junto a análisis en tiempo real de información proveniente de todas las fuentes necesarias (la "nube") permitirá actuar con el alimento y agua que requiera cada planta individual.

5. Mapas para todas las células: El análisis de los procesos celulares con sensores moleculares permitirá conocer todos los procesos celulares, su función, degeneración y regeneración.

6. Biopsias líquidas: Nuevamente los sensores moleculares en los fluidos humanos (sangre) permitirán detectar, y actuar, sobre las primeras moléculas cancerosas.

7. Vehículos de hidrógeno para todos: La reversibilidad con energía solar del proceso de la electrólisis del agua y la oxidación del hidrógeno podrá permitir el abaratamiento y generalización de los coches que funcionan con agua.

8. Vacunas genómicas: El conocimiento del genoma humano es la base que permite detectar la base de todas las enfermedades en base al ADN. La actuación directa sobre el ADN celular con las nanomoléculas adecuadas permitirá corregir aquellas partes indeseadas.

9. Barrios sostenibles: La construcción es una fuente de derroche en su inicio y utlización. El efecto agregado de sistemas comunes que con nanomateriales corrigen los defectos funcionales y gestionan los suministros (energía, agua, residuos) permitirá narrios completamente neutros en CO2 y cíclicos en su operación.

10. Computación cuántica: para resolver problemas realmente complejos hacen falta microprocesadores inmensos que aun con la miniaturización de las nuevas técnicas de capa delgada se funden en el propio calor que generan. El efecto agregado de memorias reducidas a el "spin" de un electrón y procesos cuánticos (efecto túnel) para el menor transistor posible, proyectan una primera visión de estos ordenadores cuánticos.

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