Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista, patrona de la Fundación Museo Sorolla y presidenta de su Comisión Permanente enseñó a todo el público asistente y los usuarios que se conectaron por online a saber mirar los cuadros de Joaquín Sorolla y sobre cómo disfrutar de su Casa Museo en Madrid. La conferencia hizo un repaso de la Casa Sorolla (actual museo), una obra más del pintor valenciano en pleno Chamberí. Joaquín Sorolla se involucró en el diseño de la vivienda y de los jardines que encomendó al arquitecto Repullés, así como en su decoración.

El palacete fue legado al Estado español. Sorolla se hace una vivienda elegante en la que vivió con su mujer Clotilde y sus tres hijos, María, Joaquín y Elena, de 1911 a 1923, año en el que fallece. El pintor valenciano se involucró mucho en el diseño de su palacete que se construyó con todos los lujos de aquella época como era la electricidad, baños o un eleva platos.

Desde sus primeras estancias en Madrid en la década de 1880 hasta la construcción de su casa en 1911, Sorolla tuvo diversos estudios y domicilios en distintos lugares de la ciudad (Plaza el Progreso, Pasaje de la Alhambra, calle Miguel Ángel), y poco a poco se fue formando una idea muy clara de lo que quería para vivir y trabajar, especialmente a partir de su estancia en el último estudio-vivienda de la calle Miguel Ángel.

Una de sus principales aspiraciones era la de unir la zona de trabajo con la zona de vivienda para poder estar cerca de su familia en todo momento, y también tener un jardín por razones tanto ambientales como estéticas.

La Casa fue para Sorolla un proyecto personal en el que intervino directamente, como muestra la extraordinaria colección de dibujos realizados por el propio pintor que se custodian en el Museo.

Sorolla dispuso en la planta noble una zona de trabajo formada por tres estudios contiguos de techos altos y abundante iluminación, tanto lateral como cenital, con acceso propio desde el fondo del jardín, y la zona doméstica más pública: salón y comedor, con entrada desde el primer jardín, a través del pórtico principal.

En la planta primera se encontraban los dormitorios de la familia, y en la segunda los dormitorios del servicio. La planta semisótano, ventilada por el 'patio andaluz', contenía la cocina y otras dependencias, y la vivienda de los guardeses. La casa tenía luz eléctrica y calefacción central.

El jardín fue otra creación de Sorolla, que diseñó su trazado y escogió sus especies, y que hizo de él uno de los temas favoritos de su pintura en sus últimos años.

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