La Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, dirigida por Juan Antonio Ramírez, y el Ateneo Mercantil de València han decidido conjuntamente unificar las dos sesiones previstas con motivo del Gran Concierto de Año Nuevo en una, a fin de no "multiplicar exposiciones públicas evitables" frente a la evolución de la pandemia.

De este modo, el recital se celebrará exclusivamente el 2 de enero a las 19.00 horas en el Salón de Actos de la entidad cultural, tal y como estaba previsto. Se suprime, por lo tanto, la actuación del 3 de enero a las 12.00 horas, ha precisado el Ateneo en un comunicado.

El motivo de esta decisión, consensuada por ambas sociedades, obedece a un "ejercicio de responsabilidad a raíz del reciente aumento de contagios por el coronavirus en la Comunidad Valenciana en general".

"Tanto la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo como el Ateneo consideran que, en estas circunstancias excepcionales, no es necesario multiplicar exposiciones públicas evitables", han explicado.

La organización se ha puesto en contacto con el público que retiró la entrada online para la sesión del 3 de enero con el fin de ofrecer la opción de asistir al único Gran Concierto del hasta completar el aforo según establecen las autoridades sanitarias, o a devolverle el importe de la localidad en su defecto.

Este será el segundo año consecutivo que la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, con su director Juan Antonio Ramírez al frente, repetirá actuación en el recién reformado Salón de Actos del Ateneo, con una perfecta acústica.

Músicos de viento 'aislados' por seguridad

A las medidas de seguridad que marcan las autoridades sanitarias y a las ya implementadas por el Ateneo, se suman las de la propia Orquesta Sinfónica del Mediterráneo. Así, en el ensayo del martes 29 durante las pruebas se pudo comprobar como los músicos han tenido que amoldarse al protocolo marcado por la Asociación Española de Orquestas con el fin de poder recuperar la normalidad en los espectáculos musicales.

De esta forma, la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo se distribuye en distintas áreas sobre el escenario, donde los músicos con instrumentos de viento quedan aislados con respecto al resto de la orquesta, al tener que prescindir de la mascarilla para las actuaciones. Para ello interpretan cada pieza rodeados de una mampara que impide la transmisión de posibles virus a través del aire. Es el caso de trompa, trompetas, flautas, clarinetes, oboes y fagot.

En otras áreas del escenario se encontraban los músicos de cuerda, como violines, viola y arpa, y en la parte trasera la percusión, como timbales y tambores, entre otros. Todos estos músicos con las preceptivas mascarillas obligatorias y con la debida distancia de seguridad establecidas, según la normativa.

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