Es indudable que la música, además del deleite estético, ejerce una función civilizadora, socializadora y educativa. Traspasa los umbrales de la conciencia y amplía los límites de nuestra razón y percepción, nos permite comprender fenómenos que difícilmente pueden verbalizarse. La música es una forma de conocimiento. Por ejemplo: Las bodas de Fígaro de Mozart estrenada en Viena en 1786, nos descubre y nos permite participar del espíritu que condujo directamente a la Gran Revolución Francesa de 1789; o el Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messian estrenado en 1941 en un campo de concentración frente a 5000 prisioneros, nos revela toda la turbación que produjo la 2ª Guerra mundial.

Necesitamos la música para entender plenamente el mundo en que vivimos. Sin embargo, ciertos apegos y rechazos estéticos nos han hurtado el conocimiento y la escucha de la música del siglo XX. Las vanguardias fueron experiencias culturales que se gestaron con una clara vocación agitadora de los oídos y las conciencias. Su estudio nos permite avanzar en la comprensión de cómo se amplían los límites de nuestras ideas.

El Ateneo Mercantil de Valencia ha aprobado la creación de un ciclo multidisciplinar que reúne conferencias y/o presentaciones de expertos, micro conciertos de músicos, multimedias que enlacen con otras artes coetáneas, y debates que nos permitirán compartir distintas visiones. Los formatos son diversos. Se trata de una fantástica oportunidad para tratar de recuperar a los compositores vanguardistas valencianos que están completamente olvidados, y una excelente oportunidad para aquellos músicos jóvenes que están interesados en estudiar e interpretar estos repertorios.