El Ateneo Mercantil de Valencia cambio de registro y trajo una webinar en la que se trabajó las pautas y las reflexiones para alcanzar el bienestar emocional. Los objetivos que trajo el licenciado en Psicología por la UV, Óscar Miralles, fueron la de descubrir cómo funciona nuestra mente y nuestras emociones. El ponente nos enseñó a aprender una serie de pautas sencillas para lograr nuestro bienestar y salud emocional. Si aplicamos una serie de hábitos saludables lograremos mejorar las relaciones con uno mismo y los demás. Para alcanzar la felicidad plena hay que tener relaciones con los demás.

El cerebro y la mente

La ponencia arrancó con una cita de Lao-Tse: "Un viaje de mil millas empieza con un paso".  Óscar destacó que existe una distinción entre cerebro y mente. El cerebro es la dimensión física, lo que estudian los especialistas sanitarios, pero nuestra mente son nuestras creencias, nuestras emociones, la mente aprende de nuestras experiencias. Lo que sí podemos entrenar es nuestra mente y evoluciona.

La mente humana es la maquina más compleja y más sofisticada del mundo: 100 mil millones de neuronas conectadas. Nuestro cerebro está compuesto por tres: el cerebro reptiliano, el instinto la supervivencia. Es un cerebro que el mundo ya casi no utiliza, actúa antes de pensar, es un cerebro instintivo. Luego tenemos el cerebro límbico, que compartimos con otros mamíferos. Emociones, percepción no consciente. El neocortex, que es donde está el pensamiento, la reflexión y la razón. La convivencia de los tres cerebros es la clave para el bienestar emocional.

Las emociones

Las emociones son mensajes que nos trasmite nuestra mente hacia la acción. Todas las emociones son útiles. No nos gustan algunas, pero todas tienen una función adaptativa. Tener la habilidad de reunir y gestionar la información sobre las emociones tanto las propias como las de las personas que nos rodean. Es lo que se conoce como inteligencia emocional.

Existen cinco emociones básicas en el ser humano y son las que tenemos programas independientemente de la cultura a la pertenezcamos:

  • La ira: sentir ira no nos gusta, indican a los demás los límites que no deben traspasar. Permite afirmarse, defender los propios valores en el terreno psicológico y el físico. Permite restablecer la justicia.
  • El miedo: Nos ayuda a ser cautelosos, ser prudentes, a evaluar los riesgos, advierte del peligro, permite protegerse huir o combatir.
  • La tristeza: Es buena porque la necesitamos antes situaciones complicadas que la vida nos trae como perder una amistad, una pérdida familiar... el ser humano se recoge con este sentimiento y tiene una comunicación consigo mismo. Ante una pérdida, reflexionamos y tenemos un nuevo punto de partida para arrancar.
  • El amor: Aparece en los tres cerebros. Tenemos la necesidad de acercarnos a los demás, de comunicarnos y permite que la vida se perpetúe. Acerca los afectos, las inteligencias, favorece la creatividad y la acción.
  • La alegría: Es el estado mayor constante que tenemos. Nos anima a disfrutar de la vida. La alegría la manifiesta un sentimiento de bienestar y de armonía. Estimula y protege la vida para que perdure.

Óscar Miralles destacó que las personas tenemos que saber guiar estas emociones, primero identificarlas, luego vivirlas, pero lo que no puede ocurrir es que las emociones condicionen nuestros comportamiento, debemos saber reconducirlas para ser felices siempre.

El bienestar emocional

Todos perseguimos el bienestar emocional, el estar bien con nosotros mismos. Es imposible sentirse bien con los demás, si no estás bien uno con uno mismo. Si uno está bien con él mismo, seguro que está mejor con los demás. El bienestar emocional está vinculado a la salud. Mente sana y cuerpo sano, existe una relación directa entre ambas.

Además, el ponente dio la fórmula para lograr este bienestar emocional: La primera variable es saber reconocer las emociones (hay que identificarlas), luego saber manejarlas y por último tener estilos de vida saludable. Si sumamos estas tres encontraremos el bienestar emocional.

Hay siete pilares en los que se sustenta el bienestar emocional:

  • El sueño. Es el primer paso. El cerebro no descansa ni durmiendo. El cerebro comienza un proceso diferente, es un proceso 'higienizante', se regenera el sistema inmunitario y se pierde el estrés. Si duermes entre seis y ocho horas te despiertas más fresco, más positivo y más comunicativo. Más creativos, más calmados, más saludables, más receptivos y positivos. Equilibra nuestro sistema hormonal.
  • Ejercicio y la pausa. Se recomienda hacer actividad deportiva 30 minutos y tres veces por semana. La actividad física es tan importante como el no hacer nada. El cerebro necesita una hora a la semana de no hacer nada, para ti. Nuestra mente necesita contraste y equilibrio. Y la conexión entre cuerpo y mente. Es necesario ejercitarse y tener un momento de pausa para ti mismo con el objeto de desarrollar nuestro diálogo interno positivo.
  • Gratitud, foco y positividad. La gratitud facilita la felicidad en nuestra vida (dar la gracias a la vida). Enfoque de escasez contra el enfoque de gratitud. Dar las gracias y ser agradecido a aquellas personas. Hay que poner focos en la vida. Debemos poner la atención en aquello que nos hace bien y no en aquello que nos desagrada. De esa forma desaparece. La atención es selectiva, percibimos como somos. La positividad, la forma de cómo afrontamos al mundo, condiciona. Hay que afrontar las situaciones con positivismo. Hay que ver el lado bueno de las cosas.
  • El juego. Tiene un papel psicológico extraordinario. Existen dos tipos de tareas, las que hacemos con algún propósito, un fin, y las que simplemente las hacemos por el placer de hacerlas. Genera endorfinas y reduce el dolor. Esto es lo que genera en nuestro cerebro. Prevención y curación de enfermedades. El ánimo de relacionarnos con los demás. Una hora a la semana para hacer algo que te apetezca y por supuesto sin competir.
  • La sensibilidad. No es ser débil. Si las emociones son fuertes éstas llegan a través de los sentidos. Explotar al máximo nuestros cinco sentidos nos dará una vida mucho más plena y completa prestando atención a nuestro entorno:
    • La Vista: contempla aquello que te gusta. Por ejemplo, el sol sale y se oculta todos los días, ¿por qué solo lo disfrutamos en los días de vacaciones?
    • El olfato: escoge aquellos aromas que conectan con tu estado de ánimo. Aromas que te llevan a tu infancia a su zona de confort.
    • El oído: escuchar música o sonidos que te evoquen a cosas positivas, la musicoterapia. La música te ayuda a entrar en contacto con nosotros mismos.
    • El contacto: Busca momentos para auto masajearse, te vincula a uno mismo.
    • El gusto: Tómate tu tiempo para comer sin distracciones y sin enfados. Hay que comer compartiendo con los demás. No hay que comer estando enfadados porque la ira quita el apetito, hay que comer en paz con nosotros mismos.
  • La empatía y la flexibilidad. Tengo una relación con los demás. Ponerse en el lugar del otro es la principal diferencia entre las personas inteligentes emocionalmente. No significa estar de acuerdo, sino comprender qué le ocurre a la otra persona y entender su comportamiento. Si ejercitamos la empatía, nuestro cerebro genera nuevas relaciones neuronales y nos hace más flexibles y adaptables ante los cambios, las adversidades, las malas noticias.
  • El afecto. Hay que establecer vínculos afectivos, cambia la percepción. Aquellas cosas a las que dedicamos afecto las realizamos con mayor excelencia. Nadie destaca en aquello que no le apasiona. Verbalizar el afecto y el amor genera mejores vínculos. Efecto químico del amor. El organismo genera sustancias químicas que produce un efecto placentero y en ocasiones adictivo. Acostumbrarse a mostrar afecto se domina su efecto.

Y terminó con una cita de Jean de La Bruyere: "La vida es una comedia para aquellos que piensan y una tragedia para aquellos que sienten".

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