El Ateneo Mercantil de Valencia acogió una nueva entrega del Foro ateneo Ideas, la duodécima mesa redonda en la que se desarrolló un tema de enorme actualidad en la sociedad estudiantil como es "La jornada continua o discontinua" en los colegios. Cuatro fueron los ponentes de una dilatada carrera profesional y expertos en la materia como fueron: D. José Manuel Boquet, presidente de FECEVAL, D. Màrius Fullana, presidente de FAMPA Valencia. Dña. Núria López, profesora de infantil y primaria y permanent de ESTEVEC, y D. Enrique Castillejo, presidente del Colegio de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana.

La jornada continua trata de dar solución a demandas sobre organización del tiempo de docencia de un modo diferente al tradicional, que se partía en sesión de mañana y de tarde, para refundir la jornada docente en una sesión matinal continua, acompañada por actividades docentes realizadas por la tarde, que deben ser gratuitas, si bien no se ha determinado aún quién ha de pagarlas. Pero en todo caso es preciso valorar cuál de las dos opciones ofrece mejores resultados.

No se puede afirmar a priori cuál es la mejor solución, porque depende de muchos factores a evaluar. En general, la jornada partida parece mejor para las edades más tempranas. Así parecen aseverarlo algunos estudios realizados. Pero hay que examinar lo que realmente se persigue con la jornada continua, que parece reconducirse a un tema sindical que es propugnada por parte del profesorado. También parece influir el clima: a mayor calor, hay mayor tendencia a la jornada continua.

Pero no hay unos estudios que claramente ofrezcan soluciones favorables a una u otra opción. Por eso parece lo más razonable que cada comunidad educativa valore las ventajas e inconvenientes que en cada caso concreto ofrece cada una de las dos opciones, la jornada continua o la jornada partida. Pero, en cualquier caso, el que se elija una u otra posibilidad no es un factor determinante del éxito o del fracaso escolar, sino que es un factor a ponderar junto con los demás aspectos que hacen mejor o peor la educación. Aunque hay algunos estudios que indican que la jornada continua en ningún caso ha mejorado la enseñanza.

No es un tema para tomar decisiones precipitadas ni generalizadoras. Quizá sea lo mejor dejar que cada centro tome sus propias decisiones tras evaluar los diferentes aspectos que son propios de ese centro. Muchas veces es un problema entre familias y docentes, entre la conciliación de los docentes con sus propias familias, por un lado, y la conciliación de las familias y los alumnos, lo que sin embargo puede repercutir negativamente en la educación de los alumnos.

Este problema es más bien una cuestión final a dilucidar después de que se hayan tomado las decisiones principales en materia educativa (tipo de educación, materias a enseñar, cómo hacerlo, etc.). Una opción posible es utilizar lo que se denomina jornada flexible, con la que se trataría de facilitar la adaptación de cada alumno, familia y profesor a sus propias necesidades, tratando de conciliar sus respectivos intereses.

Muy en conexión con la jornada continua es el de las activadades extraescolares, que se dan por la tarde como complemento, y que no son gratuitas porque alguien debe pagarlas, bien sea el Estado, la Comunidad Autónoma o un sponsor.

Otra cosa que debe tenerse muy presente es que los alumnos suelen acabar muy cansados al final de la jornada continua, lo que no suele ocurrir cuando la jornada es partida. Los recreos suelen ser menos y más breves, lo que va en perjuicio de los alumnos. Además, los profesores suelen poner más deberes cuando la jornada es continua, precisamente porque suponen que los alumnos tienen más tiempo libre.

Grabación del duodécimo debate del Foro AteneoIDEAS: “La jornada continua o discontinua”

Cartel de la presentación del debate