La Fundación del Ateneo Mercantil de la Comunitat Valenciana, con la colaboración de la Consellería de Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana y del Ateneo Mercantil de Valencia, ha confeccionado y desarrollado y siguiente programa de actividades, dentro del ciclo “Valencia: pasado, presente y futuro”. La Fundación del Ateneo Mercantil de la Comunitat Valenciana, como foro cultural y humanista, ha pretendido, desde el rigor y la seriedad, dar este testimonio de nuestra historia como pueblo singular y soberano. Todos los actos se han dirigido a la sociedad valenciana en general, con entrada libre a todos los ciudadanos.

El miércoles, 21 de septiembre de 2011, el Salón Sorolla acogió la conferencia: “La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y el patrimonio artístico valenciano”, que corrió a cargo de D. Salvador Aldana Fernández, que es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valencia. Presentó el acto D. Román de la Calle, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.

El 14 de febrero de 1768 el rey Carlos III creó en Valencia la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, institución académica, que desde su fundación, impartió las enseñanzas de las tres Nobles Artes: Pintura, Escultura y Arquitectura. Los estudios se organizaban bajo la denominación de menores y mayores. Los primeros eran denominados “Principios y Estampas” o “Primeros rudimentos” y los segundos constituían las especialidades de Pintura, Escultura, Arquitectura y Grabado. En 1784 se añadieron los  “Dibujos de Flores y Ornatos aplicados a los tejidos”, debido a la importancia adquirida por la industria de la seda durante las últimas décadas del siglo XVIII.

En el período comprendido de 1768 a 1846, la Real Academia de San Carlos tuvo las facultades para expedir títulos de Arquitecto y de Maestro de Obras, y desde 1789 hasta 1860 ejercía además el control de la arquitectura pública y religiosa, mediante su “Junta de Comisión de Arquitectura”, extendiéndose  estas facultades a todo el ámbito de la geografía valenciana. De estos ejercicios dan fe más de 2.500 láminas conservadas entre los fondos de la Academia (planos, dibujos, diseños y proyectos de Arquitectura), además de las importantes colecciones de ilustraciones y de libros sobre “Tratados de Arquitectura”.

Aunque en 1868 el Estado suprimió todas las Escuelas de Bellas Artes, excepto la de Madrid, la Diputación Provincial confió a la Academia de San Carlos la dirección de los estudios de Pintura y Escultura y por Real Decreto de 11 de septiembre de 1903, se daría validez oficial a los estudios realizados en ella.

Desde su fundación la Academia ocupaba los espacios que el “Estudi General” de la Universidad le había proporcionado y en 1850 se trasladaría al desamortizado Convento del Carmen, en el que desde 1837 se venía configurando lo que más tarde sería el “Museo de Pinturas de Valencia”, con alrededor de 600 obras pertenecientes al Estado, que provenían de los conventos expropiados de Valencia y provincia, quedando bajo control y custodia de la Real Academia de San Carlos. Es en este lugar donde permanecerán unidos Academia, Museo y Escuela desde 1850 a 1946. La institución académica aportaba a ese conjunto, además, su propio patrimonio. Ambas instituciones se trasladarán en 1946 al Palacio de San Pío V, donde desde entonces tienen su sede.

En la actualidad es reconocida en la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano como una Entidad Consultiva de la Generalitat Valenciana en materia de patrimonio cultural y colabora en el estricto cumplimiento de la legislación vigente, en materia de defensa, conservación y restauración de monumentos y bienes artísticos  de dicha Comunidad. Asimismo, facilita informes, dictámenes y asesoramiento a las autoridades, corporaciones públicas y órganos de la Administración Pública. Desde el 1 de diciembre de 1987 está asociada al Instituto de España, manteniendo contactos con las restantes academias, en particular con las de Bellas Artes. La actividad de la Corporación se condensa en torno a tres funciones fundamentales: investigación, docencia y divulgación. En 2018, cumplirá 250 años de vida.