Grupo de Lectura 1: Fecha: 18 de Enero de 2020. Lugar: Sala de Juntas del Ateneo Mercantil. Nº de asistentes: 17. Editorial: Periférica. Pág: 182.

Autor: Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. En Nueva York comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela, La librería ambulante (Periférica, 2012), fue publicada en 1917; en 1919 apareció su continuación, La librería encantada (Periférica, 2013). En 1939 se hizo mundialmente conocido por su novela Kitty Foyle, trasladada al cine con Ginger Rogers como protagonista.
Inteligente, lúcido y sofisticado, fue un escritor de éxito y al mismo tiempo un escritor de culto.

Sinopsis: Estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los nuevos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero. Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules.

Comentarios: La novela gustó a todos. Hubo coincidencia en considerar la novela muy bien escrita, breve y fácil de leer, con buenas descripciones y con un buen análisis de personajes, con estructura adecuada (presentación, nudo y desenlace, con final feliz) y con algunos toques de humor. Algunos consideraron que la segunda parte era más interesante que la primera por su mayor componente emocional. Otros hicieron hincapié en que más que una novela les había parecido un cuento por su estructura lineal y sencilla.

Todos estimaron que la novela era sencilla y deliciosa, una historia de amor, y por tanto de carácter emotivo, muy tierna y dulce, optimista y de lectura fácil y placentera, entretenida y distraída, que transmite bien al lector las emociones, íntima, cuya lectura trae un regusto muy agradable, porque todo es bueno y positivo, y aunque es previsible en su desenlace, esto no quita méritos a la obra.

Se hizo referencia a que se contemplan diversos valores en el diario escrito por Roger Mifflin, destacándose el amor a los libros y a la lectura, cuando se dice que un buen libro debe ser simple y debe provenir del corazón, y realzándose también el amor a los animales. Se subrayó que la novela destaca cuáles son los rasgos de un buen vendedor o gestor cultural, como sin duda es Roger Mifflin, para algunos el personaje más relevante de la novela.

Igualmente se destaca la posición de Helen McGill, como mujer que se libera del yugo de tener que atender a su hermano durante muchos años y que decide emprender su propia vida a través de un negocio de venta de libros en una zona agrícola del siglo XIX en Estados Unidos.

Finalmente, la lectura de este libro trajo recuerdos de otro libro recientemente leído, como es "Una lectora poco común", e incluso alguien pensó al leerlo en "Alicia en el país de las maravillas", o también en "Los puentes de Madison" o "La casa de la pradera".