Grupo de Lectura 3. Fecha: 25 de febrero de 2017. Lugar: Salón Sorolla. Nº de asistentes: 22. Editorial: El Acantilado. Pág: 472.

Autor: Como todo artista bien definido y con estilo bien marcado, los libros de Stefan Zweing tienen carácter propio y características comunes. Habiendo analizado un libro, lo normal al comentar su estilo, es repetir lo que ya te ha inspirado la primera de sus lecturas. Yo no recuerdo lo que dije de él en otra ocasión que le leímos, pero estoy segura que me emocionó de la misma manera que lo ha hecho la lectura de hoy. Creo, que la diferencia mayor de un libro a otro, está en la nueva historia que nos cuenta. Por lo demás, incluso el como trata los personajes, todo tiene su rúbrica.

Recordando su estilo, nos encontramos, como siempre, la forma de narrar precisa, sencilla y clara, además de directa y ágil; ingredientes que consiguen que, ya desde la primera frase del libro, nos interesemos en él. Escibe con una descriptiva pictórica y fluida que utiliza en muchas ocasiones un recurso que yo le  llamo "excusas", para que le sirvan de vehículo a la hora de trasladarnos el detalle de una cosa ( recordemos la visita de Hofmiller para disculparse con Edith por haberla sacado a bailar, desconociendo su enfermedad.

Para decirnos cómo es el palacete, hace el autor que de la vuelta a todo él, con la excusa de tomar presencia de ánimo).Una vez dentro, nos da los detalles enmarcados en acciones de sociedad. De la misma forma nos cuenta cómo es un paisaje: colores, sonidos, luz, trabajos de las gentes. Otro buen eemplo para dejar patente cual era la disciplina militar, es la despedida de soltero de uno de sus compañeros.. etc.....etc..) Resumiendo, es un maestro empleando esos recursos para hacernos llegar lo que pretende, sin hacer pesado el relato.

Otra de las características de su obra es el uso contínuo de las metáforas, empleándolas tanto a la hora de contar hechos, como para ilustrar a algún personaje. Su pluma tembién es rica a la hora de tratar diversos temas, muchos; y de manera acertada, precisa y nada superficial. Nos habla, por ejemplo, de la compasión, la amistad, la juventud, la autoestima, la crítica de los demás, el aprovecharse del prójimo, de dudas, buena voluntad, culpabilidad, libertad, rebelión....etc.

Sinopsis: Por lo que se refiere al argumento de manera indiscutible en este libro es la compasión. De la división que hace de ella, nace toda la historia de la novela y es la que marca y castiga injustamente al pobre protagonista por ser una alma buena, pero escrupulosa al máximo. El autor lleva la compasión al extremo en la figura del médico, pero, naturalmente, no todo el mundo elige ese camino de sacrificio máximo.

Dicho esto ya nos metemos en el área de los personajes: 

-Teniente Hofmiller: El personaje central. Al principio de la novela, Zweing hace unas reflexiones muy interesantes sobre la guerra. En ellas hace el razonamiento siguiente: " Hay más hombres que se refugian en la guerra, que los que  huyen de ella.Quizás por huir de elos mismos o de circunstancias desagradable". Este, pienso yo, es el caso de nuestro Teniente. Él, se considera a sí mismo el "antihéroe", precisamente porque ha ido a la guerra para huir de algo que no quiere afrontar. De hecho, su vida considera que no vale nada, no la quiere, y por eso se expone constantemente y tiene la mala suerte de que no le maten y encima le condecoren.

Pero, para mí, es una pobre víctima de sí mismo en primer lugar y después del EGOISMO exacerbado del padre e hija Kekesfalva. La ofensa cometida hacia Edith por ignorancia, hace que surja la compasión hacia la pobre chica, y que nazca la culpabilidad en él, obsesionándole y autonegándose el disfrute personal. Hofmiller es un joven con desarraigo familiar, dado que imgresó a los nueve años más o menos en la Academia Militar, y está carente de hogar y de amor de los suyos. En casa de los Kekesfalva cree encontrar todo esto al principio; y los de la casa le utilizan para sus fines, cargándole con un peso y un problema que él no tiene voluntad de llevar. Lo que ocurre es que es de voluntad frágil, y muy influenciable, por lo que es manejado por todos y se convierte, para mí, en la victima principal de esta triste historia. Frase del teniente hacia Edith: "Lo que me inspira es ternura más compasión". Con estos ingredientes  no se puede desarrollar, lo que la pobre enferma pretende.

-Los Kekesfalva: Padre e hija. El padre ha sido un usurero de libro durante toda su vida y hasta el fin, supongo. Su único interés es "amasar" dinero y posesiones, viviendo humildemente porque otro interés no tiene. Cambia al tener una hija. En ese momento, el centro de gravedad de su vida, lo traslada del amasar dinero al cumplir todo capricho o deseo de su heredera. Kekesfalva no duda nunca en utilizar ni lo que, ni a quien sea, para lograr sus fines: puede hacerse con la gran finca que le da nombre mediante la pobre mujercilla que la hereda, y en el caso que nos ocupa, el teniente, también se hace con él, comprándole su pena para utilizarle con el fin de cumplir el deseo de su niña: Lograr el amor del teniente.

La hija: Consideraciones de compasión aparte por su inmovilidad, vemos que es un ser egoista con mayúsculas, despota con mayúsculas, caprichoso de la misma manera y diría que hasta cruel con todos los que le rodean y que considera que deben estar a su "servicio", porque les hace culpables de su estado. Sus crisis de mal carácter las justifico, porque es una persona que sufre mucho, pero no el resto de su actuación. Por la asiduidad con que la visita el pobre teniente, se enamora de él, se hace ilusiones sin base y ........como está acostumbrada a que papá le compre todo........el teniente entra es esa cesta y le ha de lograr. Creo que se mata no por desesperación, sino para que se sientan culpables todos los demás.

-El médico:  Como modo de vida, es un ser con un espíritu de sacrificio poco frecuente, pero que al igual que el que abraza la vida religiosa con los máximos rigores, no puede exigir lo que él ha elegido como modo de vida, a los demás; tampoco se lo puede exigir a nuestro pobre Hofmiller, y es lo que hace. Como profesional de la medicina su discurso, aplicándolo a los enfermos, es sorprendente por su sencillez lógica y su humanidad sin límites. Su gran enseñanza es que no hay que dejarse vencer jamás, que la lucha nos debe acompañar hasta el final, y que la esperanza  unca se debe perder.

Ahora bien, como el resto de personas que rodean a los Kekesfalva, también ha sido comprado por ellos, y le exigen la curación de la niña. Les consuelan sus visitas y le quieren a su disposición. Y él, aunque consciente de esa compra, no especialmente lucrativa porque vive humildemente, quizás por compasión, les sigue el juego. Los dos, padre e hija le han atrapado con el temor que a todos: O hace lo que quieren: curar a Edith   o la muerte del padre y de la hija.

Síntesis: Con respecto al tratamiento de todos los personajes de la novela, diré que Zweing es admirable por la definición que hace de las emociones de sus almas. Tan bien las refleja, que es capaz de hacerse sentir al lector, identificado con esas vivencias. Es un gran filósofo y psicólogo, que maneja ambas disciplinas con una delicadeza matemática. Crea personajes completos, redondos, de los que percibimos tanto su imagen exterior, como su interior más profundo e intrincado, de tal forma que yo también les aplico el calificativo de pictóricos: vemos sus imagenes físicas y sus halos psiquicos.

Resumen: Como siempre, Zweing no me ha defraudado, y califico su trabajp como un buen libro.