La Feria de Abril de Sevilla ha colgado el cartel de ‘no hay billetes’ varios días en nuestro salón. Feria calificada como la de ‘la paz’, superados ya los enfrentamientos de los últimos años. Llenazo en los tendidos. Maravillas de Morante en el último toro de la Feria, cogida para El Juli que no le dejó ganar la partida, ni a Talavante. Padilla cumplió su sueño de abrir la Puerta del Príncipe a base de entrega y corazón. Pero sucedió algo histórico que marcará esta Feria como la de ‘Cobradiezmos’.

La Maestranza, uno de los templos sagrados de la tauromaquia, vivió un hecho histórico: la vuelta a la vida de un toro de Victorino Martín. ‘Cobradiezmos’ de Victorino, nació para engrandecer la fiesta y es que salió bravo, encastado, noble, completo y redondo. Pocos recuerdan un toro así en la Maestranza. El toro le tocó a un matador modesto, Manuel Escribano, sigue sin creerse lo que le ocurrió. Pero su nombre ha pasado a la historia. Pero lo importante es que el torero estuvo a la altura del toro porque toreó largo, hondo, sentido y emocionantísimo. Escribano se proclamó figura del toreo. Y el título se lo concedió ‘Cobradiezmos’ con todos los honores.