Han proliferado en el este de Europa las que se denominan democracias iliberales que, aun admitiendo la celebración periódica de elecciones, cuestionan la división e independencia de los tres poderes básicos, o también de los medios de comunicación, y tratan de volver a los principios o valores básicos del cristianismo. En países como Polonia o Hungría, pero también en Turquía, por poner ejemplos muy visibles, se da este fenómeno. El tema suscitó disquisiciones diversas, llegándose a la conclusión de que la democracia siempre está en construcción y por esto mismo debe ser constantemente defendida.