El historiador y arqueólogo Gumersindo Fernández Serrano afirmó que "hay pocas cosas que muestren mejor como es una sociedad que sus comercios. La actividad comercial responde a las necesidades de la sociedad y por tanto se convierte en una muestra sobre su funcionamiento cotidiano".

El Ateneo Mercantil ha celebrado la webinar por Zoom "Comercios Históricos Valencianos" en el marco de la actividad on line que está realizando durante el Estado de Alarma. Esta conferencia, impartida por Gumersindo Fernández, estuvo presentada por la presidenta del Ateneo, Carmen de Rosa.

Durante su intervención, Gumersindo Fernández indicó que "el comercio está estrechamente relacionado con su entorno, de forma que cada sociedad da forma a la ciudad y a sus comercios, que se convierten de esta forma en testigos de las transformaciones que van modelando el paisaje urbano y reflejan otras tantas transformaciones tecnológicas, políticas, sociales y económicas", añadiendo "de esta forma el comercio urbano se convierte en testigo vivo del devenir de la ciudad que sirve tanto para comprender su presente como para conocer su pasado y su evolución".

Gumersindo Fernández explicó durante su webinar que el cambio de la ciudad va transformando sus comercios, por ejemplo con la introducción de  las cesterías de la calle Músico Peydró o los antiguos colmados de la calle Trenche o con comercios que siguen hasta nuestros días como Abanicos Carbonell. Conforme la sociedad aumenta su capacidad adquisitiva se crea una necesidad de ocio, que se cubre, por ejemplo, con las horchaterías de la plaza de Santa Catalina, café El Siglo, Pastelería de la Pelota o el Ostrero de Miguel Collado y el gran almacén es la culminación de todo ese proceso, siendo un referente "El Siglo".

En la presentación de la webinar, la presidenta del Ateneo, Carmen de Rosa, explicó su emoción por esta temática porque "porque soy bisnieta del fundador de un comercio histórico de Valencia. En 1912 mi bisabuelo materno, Miguel Torner, fundaba La Cadena en la desparecida calle Cubells en pleno centro de la ciudad. Un local dedicado a la venta de artículos domésticos, de cocina y ferretería. En la década de los 50 mi abuelo Fernando trasladaría la ferretería La Cadena a los bajos del edificio Torner, que construyó junto al Mercado Central, y nuestra ferretería familiar se convirtió en los grandes almacenes del hogar para los valencianos".

En este sentido, Carmen de Rosa explicó la importancia de recordar los comercios históricos y sus impulsores que contribuyeron a conformar la historia de Valencia "que dieron un paso para crear comercios con sabor valenciano que seguimos recordando. Como El Siglo, que nació a la par que el Ateneo en 1879, o Lanas Aragón, fundada por la familia Martínez Colomer".

Asimismo Gumersindo Fernández resaltó que "la Revolución Industrial, su expansión, las revoluciones burguesas del siglo XIX y el lento discurrir hacia una sociedad compleja cuyas clases populares iban ganando lentamente poder adquisitivo transformaron el panorama comercial de Valencia, dejando paso al concepto de tienda tal y como lo conocemos en la actualidad, pero también a las estrategias que definen al comercio actual: rebajas, tarifas planas, promociones, campañas".

"Al mismo tiempo también se modelaba el paisaje urbano: cambiaban los viejos espacios de referencia y aparecían otros nuevos, más acordes a la nueva realidad, como la plaza Redonda", resaltó.

El historiador y arqueólogo comentó que todo ello puede rastrearse a través del testimonio de los establecimientos antiguos y emblemáticos que aún conservamos. "Debemos comenzar a ver las tiendas antiguas no desde la perspectiva romántica de la nostalgia, sino que comencemos a mirarlas con ojo de historiador, viendo en ellas lo que nos cuentan sobre la historia de Valencia como parte activa que son y han sido en ella", concluyó.

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