La Exposición Regional de 1909 supuso un antes y un después en la sociedad y la economía valencianas. Instituciones y empresas de todos los sectores desplegaron sus encantos para embelesar al mundo con sus productos y avances en esta feria. Un total de 1.377 expositores participaron en un certamen que fue la antesala a la modernidad que deparaba el recién estrenado siglo XX y que abarcó desde la cultura, el arte y el ocio hasta la industria, la economía, el turismo y la proyección exterior.

Las empresas valencianas fueron uno de los motores de la Exposición Regional de 1909, organizada por el Ateneo Mercantil de Valencia e impulsada por su presidente, Tomás Trénor. Negocios de Alicante, Castellón y Valencia aunaron esfuerzos e intereses para enseñar al mundo las posibilidades e innovaciones de la región. Un proyecto en común que desprendía prosperidad y progreso. En el recinto ferial, compuesto por pabellones y edificios ubicados en el actual paseo de la Alameda, pudieron verse novedades como la primera escalera mecánica, 40 vehículos traídos desde Barcelona y el aeroplano con el que el cullerense Juan Oliver sobrevoló Paterna en el que se considera el primer vuelo a motor de España.

El certamen reunió a cientos de empresas de todos los sectores. El que más brilló fue el de la madera y sus derivados con 105 expositores. Tal y como explica Miguel Ángel Sánchez en su tesis 'La industria valenciana en torno a la Exposición Regional de 1909', «se mostraba que el mueble valenciano hacia 1909 había superado largamente la etapa de manufactura para entrar en la producción en serie y abastecer en gran escala los mercados interiores y exteriores». En 1913, los talleres relacionados con la madera en Valencia representaban el 25% del total de instalaciones industriales de la ciudad.

En aquel momento se exportaban por el puerto del Grao muebles por valor de 728 millones de pesetas, cifra sólo superada en el año 1916, con 809 millones. Los Albacar, Suay y Feliu se mostraban al público como los líderes de la industria valenciana. No en vano, el mueble de máxima calidad dominó el panorama manufacturero de la ciudad y l'Horta durante todo el siglo. Dentro de esta rama destacaban los abanicos y los instrumentos musicales, ambos con su propio pabellón y una competitividad vigente en todo el siglo XX.

También tuvo una presencia destacada el sector textil, el más numeroso con 106 fabricantes expositores. 40 de ellos, pañeros de Alcoi. «Otro subsector importante en la muestra fue el papelero, especialmente el papel de fumar, con tres instalaciones especiales en la Exposición (dos de ellas, de alcoyanos). Al sector le aguardaba un próspero recorrido a lo largo del siglo XX», concluye Sánchez.

No faltaron las empresas del sector agroalimentario de Valencia y sus alrededores, sobre todo las dedicadas a la harina y el arroz. Reflejo de la gran capitalización lograda fue la ostentación de sus instalaciones y en el gran efecto de atracción que ejercieron sobre los fabricantes de maquinaria. El sector químico y el del calzado apenas sacaron a relucir sus virtudes.

Mientras, la representación de la industria cerámica que acudió a la Exposición Regional «anunciaba el enorme auge que iba a alcanzar en la segunda mitad del siglo, especialmente en la Plana; pero 1909 todavía no era su momento. Expusieron un total de 45 fabricantes en todos los edificios», recoge la tesis doctoral.

La sedería valenciana, a pesar de su antiguo esplendor, era casi inexistente a principios del siglo XX. Y la Exposición Regional no hizo más que confirmar esta decadencia. Con un total de 28 expositores, ya no era un sector clave como lo había sido en las centurias anteriores. Otras industrias se iban abriendo paso.

Alarde tecnológico

Sin duda, el sector que más encandiló a los visitantes fue el metalmecánico. En 1909 la región ya contaba con diversos fabricantes de maquinaria. «Los metalmecánicos valencianos habían sido capaces no solamente de construir la primera locomotora de vapor íntegramente española, sino también de aportar a la agricultura valenciana toda la infraestructura mecánica relacionada con el regadío y la industria agroalimentaria», concluye el estudio. Ello se reflejó plenamente en la Exposición, tanto en las máquinas expuestas como en las estructuras que montaron a modo de alarde tecnológico.

Según el libro 'Economía, empresa y sociedad: la Exposición Regional Valenciana de 1909', editado por la Cámara de Comercio de Valencia con motivo del centenario de la muestra, «esta fue la excusa para emprender una gran campaña a favor de la modernización económica e industrial valenciana, para estrechar lazos con otras regiones de semejante perfil e incluso para profundizar en la innovación tecnológica».

El éxito de la Exposición Regional fue dispar. Aunque económicamente no fue rentable, sí lo fue en lo simbólico. Sin un impacto económico directo que pudiera constatarse a corto plazo, lo cierto es que la economía valenciana siguió un crecimiento sostenido en las décadas posteriores. Eso sí, la Exposición Regional confirma la transformación de una economía agraria y gremial en una estructura industrializada. La muestra de 1909 dio la bienvenida a una Valencia moderna que dio a conocer sus posibilidades en una España que miraba hacia el futuro.