Arrancamos la segunda mitad del siglo XIX y hay que destacar los cambios tan grandes que sufre la pintura en tan poco tiempo. Había intereés en entrar en lo que es la pintura moderna. Si el Gótico dura 3 siglos, el Románico 2 ó 3 siglos, el Barroco un siglo y medio casi 2, en los siglos XIX y XX las cosas van más deprisa y hay cambios tremendos, es la pintura moderna.

En el terreno del arte, comienza una dinámica evolutiva de estilos que se suceden cronológicamente cada vez con mayor celeridad, que culminará en el siglo XX con una atomización de estilos y corrientes que conviven y se contraponen, se influyen y se enfrentan. Surge el arte moderno como contraposición al arte académico, situándose el artista a la vanguardia de la evolución cultural de la humanidad.

Desde mediados de siglo XIX surgió una tendencia que puso énfasis en la realidad, la descripción del mundo circundante, especialmente de obreros y campesinos en el nuevo marco de la era industrial, con un cierto componente de denuncia social, ligado a movimientos políticos como el socialismo utópico. Corot, Courbet, Millet, Daumier, Adolph von Menzel, Hans Thoma, Ilya Repin y Mariano Fortuny. Hay que destacar una obra de Milet como Las Espigadoras (1857), un óleo muy famoso que manera la realidad de la sociedad rural del siglo XIX. Se convirtió en símbolo del patriotismo francés, utilizándose para estimular el alistamiento durante la Primera Guerra Mundial.​

Ligado al realismo estuvieron dos escuelas paisajísticas: la francesa de Barbizon y la italiana de los Macchiaioli, de corte antiacadémico, caracterizada por el uso de manchas. En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas, que se inspiraban en los pintores italianos anteriores a Rafael. Nos muestra cuadros como Ofelia (1852) en donde Millais creó superficies pictóricas densamente elaboradas basándose en la integración de elementos de la naturaleza.

Aparece el Impresionismo, un movimiento profundamente innovador, que supuso una ruptura con el arte académico y una transformación del lenguaje artístico, iniciando el camino hacia los movimientos de vanguardia. Los impresionistas se inspiraban en la naturaleza. Además, aparecen vistas urbanas y nocturnas, interiores con luz artificial: Manet, Monet, Pissarro, Renoir. Recoge la conferencia varias obras del pintor impresionista por excelencia como es Monet: Mujeres en el jardín (1867), un óleo que se encuentra en el Museo de Orsay de París. El puente de Argenteuil (1874). Fue un gesto de la Revolución Industrial, del progreso y de la modernidad.

También nos muestra quizá sea ésta la escena de ballet más popular de Degas. La clase de danza (1875). En ella recoge uno de los salones del Teatro de la Ópera de París, donde dirige la clase el gran Jules Perrot, quien a sus 64 años era uno de los maestros más prestigiosos.

Mientras que Millet mostraba campesinos, Courbet, obreros del campo… Caillebotte, otro ilustre realista, muestra por primera vez en un cuadro al proletariado urbano. Cepilladores del parquet (1875).

El Neoimpresionismo con esos fenómenos ópticos, desarrollando la técnica del puntillismo. Sus principales representantes fueron Georges Seurat y Paul Signac. Otra variante fue el Divisionismo, surgido en Italia en ambientes de inconformismo social cercanos al anarquismo.

Y el Postimpresionismo, una serie de artistas que, partiendo de los nuevos hallazgos técnicos efectuados por los impresionistas, los reinterpretaron de manera personal, abriendo distintas vías de desarrollo de suma importancia para la evolución del arte en el siglo XX. Toulouse-Lautrec, Gauguin, Cézanne, Van Gogh. Y en España está Joaquín Sorolla, autor de escenas populares donde destaca la utilización de la luz.

Y el Simbolismo. Estilo de corte fantástico y onírico, surgió como reacción al naturalismo de la corriente realista e impresionista, poniendo especial énfasis en el mundo de los sueños, así como en aspectos satánicos y terroríficos, el sexo y la perversión. Ligado al simbolismo estuvo también el llamado arte naïf.

El Modernismo también se desarrolló en pintura, surgiendo una notable escuela en Cataluña, con artistas como Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Alexandre de Riquer, Adrià Gual y Joan Llimona. En el resto de Europa, la pintura modernista estuvo muy ligada al mundo del diseño y la ilustración, especialmente al cartelismo, nuevo género artístico a caballo entre la pintura y las artes gráficas, ya que se basaba en un diseño realizado por un pintor o ilustrador, para ser luego reproducido en serie.