Pedro J. de la Peña ha estado en Rusia en varias ocasiones y ha visitado la tumba del gran autor de Guerra y Paz, Leon Tolstoi, libro que le impresionó profundamente por lo que decidió escribir algo interesante sobre Rusia y es evidente que el drama de la familia Romanov y la caída del zarismo tenían un interés enorme en la transformación de Rusia. El apellido Romanov es el fin de una dinastía por lo que tiene sentido el título que le puso a la novela para hablar del final de una saga.

Para escribir un libro así, hay que tener un intenso trabajo de búsqueda y de documentación, acumuló una gran cantidad de información. Consultó muchos libros, escribió a lo largo de cuatro años y cuando parecía que tenía la novela escrita, todavía habló con varios expertos en literatura rusa, lo que le hizo mejorar varios de los capítulos del libro. Y es que, la historia del libro tiene mucha fuerza porque incide en el desmoronamiento de una familia feliz, rica y poderosa a la que la mala suerte, la traición de algunos de sus parientes y la revolución comunista despojaron de todo su poder, hasta el punto de asesinarlos de una manera cruel. Hay que destacar a un personaje por encima del resto, uno fascinante como es Félix Yusupov, el príncipe que dio muerte a Rasputín y quien cambió la historia de Rusia.

El libro cuenta una historia desmedida de una crueldad inmerecida. Está todo bien contado, bien argumentado y fácil de leer. Es imposible conocer la tragedia de los zares sin emocionarse alguna vez porque sin duda ellos no se merecían la barbaridad que hicieron con ellos y sus hijos.

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