El pasado miércoles 1 de marzo se rindió un gran homenaje al torero de plata “Manolo Montoliu” en el Ateneo Mercantil de Valencia, en un acto conducido por los periodistas José Luis Benlloch y Pedro Toledano y con la asistencia de los grandes matadores de toros: Ortega Cano, El Soro, Juan Martín Recio y el empresario de Valencia, Nacho Lloret. Un emotivo acto, en el que se visionaron imágenes de Manolo Montoliu y se leyeron tres cartas que le dedicaron los El Capea, El Litri y Víctor Mendes.

Arrancó con la sentida comparecencia de Ortega Cano, quien recordó la tragedia que vivió en 1992. Una tarde fatídica en la que le tocaba cortar al toro que le hirió de muerte al banderillero valenciano: "recuerdo que, tras la desgracia, no me perdonaba el no haber estado más rápido. Estaba roto por dentro. Su muerte le engrandeció, pero también lo hizo a los que nos quedamos aquí.
Vi a Manolo a las 13.00 horas en la puerta del hotel, venía de comer de un restaurante cercano. Vestido de torero, me llamó la atención cómo tocó madera y acarició a todos los santos en la capilla. También el tiempo que echó allí dentro. Él era creyente y practicante, como yo, y era como si estuviera despidiéndose. Teníamos los mismos gustos sobre toreros y cuadrillas, también disfrutábamos del flamenco y, por qué no decirlo, de alguna que otra fiesta. Él era un artista y los artistas tenemos que tener estas cosas. Era divertido, ameno, cordial y bohemio. Era torero en la plaza y en la calle”.

Con un nudo en la garganta, Vicente Ruiz “El Soro” recordó a uno de sus grandes amigos de siempre. De hecho ambos compartieron todo desde las primera becerradas: “Eramos íntimos amigos, le invité a hacerse banderillero el día que tomó la decisión de torear su última novillada picada. Para mí fue un espejo donde mirarme. Le tenía gran admiración.  Fue un grandioso torero de plata". El tercero en hablar fue Martín Recio, quien compartió muchos festejos como pareja de Manolo Montoliú. "Era como de mi familia. Empezamos a convivir cuando fuimos juntos con Ojeda en 1984. Montoliu, aparte de torero, era artista. Estuve siempre muy unido a él. Le recuerdo por su alegría, pues con él nunca había pegas. Nuestra compenetración fue total. Aparte de compañero, era mi amigo del alma”.

Por último hablaron, el empresario taurino Nacho Lloret y el hijo de Montoliú. En primera instancia, lo hizo Llobet, precursor de su homenaje: "Era y es una obligación hacerlo, cuando tienes ante ti un aniversario como este, nuestra obligación es volcarnos con él. Es de justicia para con Montoliu y con todos los toreros de plata en general”. El hijo de Montoliú quiso agradecer a todos su presencia y también a los organizadores del acto. “Mi padre era la generosidad hecha persona, dejó en todos un sentimiento de gratitud importante que nos lo han hecho saber quienes le conocieron. Era valiente en la vida, cariñoso, leal, familiar y sencillo. Nos hacía sentir grandes, su cariño nos envolvía a diario”.

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