El Doctor en Historia y Académico RACV, D. José Vicente Gómez Bayarri, fue el encargado de impartir esta interesante tertulia en la que para comprender lo que significó los cinco siglos de dominación sarracena sobre las tierras de Šarq al-Andalus -es decir, las actuales tierras del área de Valencia-,  debemos tener en consideración algunos aspectos que fueron determinantes en la evolución socio-histórica del pueblo valenciano:

1. La religión islámica, cuyos preceptos son recogidos en el libro del Corán y en las tradiciones de la Sunna, influyó en la organización político-social, relaciones y vida pública, usos y costumbres, educación, administración de justicia, etc.

2. El carácter teocrático de la institución califal y las prescripciones de la religión musulmana impulsaron su expansión, favorecida por la situación político-social de los imperios limítrofes.

3. La conquista y ocupación de la mayor parte de la Península Ibérica fue una tarea fácil, atractiva y rápida, merced a las luchas intestinas de los hispano-visigodos, iniciándose paralelamente un proceso de islamización. El área geográfica de Valencia permaneció bajo el dominio musulmán desde el 714 al 1238, y en la misma vivieron generaciones de valenciano-musulmanes que la tuvieron como su propia patria, la amaron, trabajaron sus tierras y contribuyeron a engrandecer sus ciudades y desarrollar la ciencia y la cultura.

4. La diversidad social y cultural fueron características de la población de Al-Andalus  y de la Valencia musulmana. Los nuevos invasores se fueron hispanizando al no poder practicar la endogamia y tener que tomar por esposas o concubinas a mujeres nativas. De tal manera, que con el transcurrir del tiempo corría por las venas de los árabes y beréberes del máximo abolengo más sangre hispana que de su lugar de procedencia.

5. La posición y papel de la mujer varió de acuerdo con su situación en la pirámide social. Pero, sin duda, las mujeres de Al-Andalus disfrutaron de una libertad, admiración y estima muy superior a las del Oriente musulmán y el Norte de África.

6. El desarrollo de la rica agricultura, la producción ganadera, la actividad artesanal-industrial y la política monetaria y financiera fueron la base de la riqueza y crecimiento económico de toda Al-Andalus.

7. Las insurrecciones populares en diversas ciudades del Califato de Córdoba y la consiguiente creación  y proliferación de reinos de taifas  significó  la quiebra de ese poder omnímodo ejercido  por  los  califas y la ruptura de la unidad política. Una serie de factores sociales y ansias de independencia y poder determinaron la atomización del Estado unitario califal apareciendo multitud de  fronteras  no siempre  bien delimitadas y cambiantes que configuraron los primeros reinos de taifas peninsulares en el siglo XI.

8. El geógrafo y cronista al-´Udrī escribió que la ciudad de Valencia figuraba entre las más importantes capitales de Al-Andalus, que sus murallas construidas  en tiempos  de ´Abd al-Aziz (1021-1161)  eran de piedra, asentadas sobre cimientos de adobe y fueron reforzadas  en el siglo XII. En la segunda  mitad del XII, en tiempos de los almohades,  la Valencia amurallada ocupaba una extensión de 44 hectáreas, estimándose que la población de Valencia alcanzaría los 15.650 habitantes.

9. Las diversas ciencias que se cultivaron en el mundo andalusí alcanzaron un alto nivel de desarrollo. Recogieron las influencias y adelantos técnicos y científicos del legado de la Antigüedad oriental, de la cultura egipcia y del mundo grecorromano, y supieron imprimir su impronta y avanzar en el perfeccionamiento de las teorías científicas y de los conocimientos  aplicados.  Durante el período almohade - segunda mitad del siglo XII y primera del XIII – floreció en Šarq al-Andalus una pléyade de eruditos valenciano-musulmanes que destacaron en el mundo de las ciencias y las letras; fueron años de apogeo de las materias experimentales, de los estudios históricos y filosófico-teológicos y de producción literaria.

10. Los poetas valenciano-andalusíes de los siglos XI y XII aluden a la seducción que les provocaba los fértiles campos, masías, alquerías, casas de campo y las acequias que surcaban y regaban la huerta valenciana. Era famosa la almunia del rey ‘Abd al-Aziz, en el arrabal de la Vilanova, así como los hermosos y floridos jardines de la Russafa de ‘Abd al-Balansí, que debió albergar una residencia o palacio. El poeta Ibn Haqam, que visitó la almunia del monarca ‘Abd al-Aziz, invitado por dicho fatá, quedó prendado de su exotismo y ensalzó la estructura, belleza y los primores de sus jardines.

11. Del análisis del desarrollo de las hablas romances y de su proceso de formación, de  las conjeturas sobre la cuantificación de invasores norteafricanos, del examen del mozarabismo y el “romanç”, del estudio del fenómeno de reconquista y repoblación valenciana y sus repercusiones históricas y sociolingüísticas se desprende el  paulatino aprendizaje del idioma oficial árabe por la población autóctona sin olvidar su lengua ancestral de origen latino y el uso indistintamente, según colectividades, del  árabe y romance tanto por muladíes como por mozárabes y la existencia de una situación bastante extendida de diglosia y bilingüismo durante los cinco siglos de dominación sarracena.

12. La religión y la estructura social condicionaron el arte islámico. Las mezquitas, alcazabas, palacios, fortificaciones, murallas, torres, puertas, baños, canalizaciones, etc., fueron construcciones singulares de este estilo. El arte islámico recurrió a la abundante decoración para disimular la pobreza de los materiales utilizados. En las tierras del área de Valencia abundaron los castillos, torres de vigilancia, alquerías y recintos amurallados de esta época. La cerámica y las artes suntuarias e industriales fueron notables manifestaciones artísticas del arte valenciano-musulmán.